Un pleito macro, no micro
Diario Libre
La República Dominicana tiene que defender su caso frente a Haití en lo macro, no en lo micro.
Ante el fracaso de su campaña en lo macro, pues el éxito del Plan de Regularización habla por sí solo, ahora los responsables de la campaña anti dominicana irán a lo micro.
Siempre habrá el caso de uno no documentado, de un comerciante atropellado o de un militar que agredió a alguien. Esos casos deben dejarse a la investigación correspondiente.
Lo que no puede dejar de decirse es que hemos comenzado a resolver un problema que ¡solo beneficia a Haití!, pues estamos regularizando su población en el país gratuitamente. Además, facilitamos el envío de más de $400 millones de dólares en remesas a Haití y tenemos un intercambio comercial de más de $1,000 millones de dólares que alimenta a ese país.
La realidad es que, sin la República Dominicana, Haití hubiese sido una catástrofe humanitaria que viene desde antes del terremoto, gracias a las sanciones económicas que impusieron las Naciones Unidas en los años 90, con Estados Unidos y Francia a la cabeza, lo que aceleró la migración de haitianos hacia nuestro país en busca de lo que la comunidad internacional les negaba en su patria.
Esa situación, por supuesto, se aceleró con el devastador terremoto del 2010, que sirvió para probar la enorme capacidad de generosidad de nuestro pueblo.
A la corta o a la larga, se impondrá la verdad, pero el pleito debe ser llevado con inteligencia y firmeza.
atejada@diariolibre.com
Ante el fracaso de su campaña en lo macro, pues el éxito del Plan de Regularización habla por sí solo, ahora los responsables de la campaña anti dominicana irán a lo micro.
Siempre habrá el caso de uno no documentado, de un comerciante atropellado o de un militar que agredió a alguien. Esos casos deben dejarse a la investigación correspondiente.
Lo que no puede dejar de decirse es que hemos comenzado a resolver un problema que ¡solo beneficia a Haití!, pues estamos regularizando su población en el país gratuitamente. Además, facilitamos el envío de más de $400 millones de dólares en remesas a Haití y tenemos un intercambio comercial de más de $1,000 millones de dólares que alimenta a ese país.
La realidad es que, sin la República Dominicana, Haití hubiese sido una catástrofe humanitaria que viene desde antes del terremoto, gracias a las sanciones económicas que impusieron las Naciones Unidas en los años 90, con Estados Unidos y Francia a la cabeza, lo que aceleró la migración de haitianos hacia nuestro país en busca de lo que la comunidad internacional les negaba en su patria.
Esa situación, por supuesto, se aceleró con el devastador terremoto del 2010, que sirvió para probar la enorme capacidad de generosidad de nuestro pueblo.
A la corta o a la larga, se impondrá la verdad, pero el pleito debe ser llevado con inteligencia y firmeza.
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