Puerto Rico y Grecia

La deuda griega y la de Puerto Rico tienen varias similitudes y una gran diferencia.

Ambos países han vivido por encima de sus posibilidades con sistemas que no podían ser financiados con los recursos que generaban sus economías.

Grecia falseó sus números para entrar en la Comunidad Europea y ésta, ante su falta de diligencia, le aplicó un programa que parece más una venganza que deseo de resolver las cosas.

Grecia ha hecho todo por salir de la crisis, pero el programa impuesto ha malogrado su economía. En esas condiciones no hay salida a la vista, porque ningún pueblo aguanta una austeridad indefinida.

Puerto Rico, de su lado, vivió siempre pensando en el apoyo del tío rico. Las regulaciones federales le imponían unos costos que una economía tan pequeña como la de la isla del encanto no podía sostener.

A diferencia de la crisis griega, los puertorriqueños apenas comienzan a andar el camino de la solución, que ha comenzado por reconocer que no pueden pagar, pero el tío se niega a ayudarles en los términos que la isla requiere para su salvación.

En ambos casos, la solución será consultar al pueblo. Los griegos lo harán la semana que viene. Puerto Rico no se ha planteado todavía esa posibilidad.

Se cuenta que en una visita a Puerto Rico, José Figueres, el ex presidente de Costa Rica, en medio de un tapón, le preguntó a Luis Muñoz Marín: ¿a qué se debe que en Puerto Rico haya tantos carros?

Y Muñoz Marín, le respondió: a eso mismo: a que se debe...

atejada@diariolibre.com