Un PLD que lo quiere todo...

Y quiere perpetuarse hasta en las obras...

Nadie puede saber qué significa, a menos que lo digan, pero podría ser mucho, y pasar más o menos desapercibido en un país con más afanes que resultados.

Los peledeístas se bastan como partido, pero quieren aumentar el territorio bajo su dominio, y lo hacen de muchas maneras, y no solo con alianzas políticas o electorales. Autarquía de largo y corte alcance.

A partir de julio, es lo que se anuncia, las reuniones de los comités Político y Central se realizarán en sus propias instalaciones, que se toman más de una cuadra de Gascue.

La Casa Presidencial, por lo tanto, seguirá siendo la Casa Presidencial, pero referente de nada, y no como hasta junio la sede de los encuentros del CP.

Pero eso no lo es todo.

Igual van imponiéndose en espacios diversos y lo hacen de manera singular: nombrando Juan Bosch a cada obra nueva que inaugura el gobierno.

Juan Bosch se llama un puente, el barrio más grande en construcción, un edificio de oficinas gubernamentales y una circunvalación.

Los peledeístas eran acusados de olvidarse de Bosch, y ahora han asumido una devoción que es hasta sospechosa.

Con tanta suficiencia...