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Cautela y cortesía

La posición de la República Dominicana y de sus habitantes, incluyendo a los periodistas, debe ser cortés con todos los visitantes que vienen a "comprobar" el estatus del Plan de Regularización. Se deben evitar los errores.

Es sabido que la intención es provocarnos, pues no otra explicación tiene que un organismo de derechos humanos traiga a su oficina haitiana a indagar a nuestro país. El que no tiene qué ocultar, está tranquilo y se puede dar el lujo de la hospitalidad con el que se presenta como enemigo.

Hay que evitar, por ejemplo, que asalariados del Estado, aunque sean periodistas, asistan a las actividades programadas para ofrecer resultados de investigaciones. Eso solo da pie a que se difunda la especie de que "turbas" pagadas agredieron a esos señores.

Si creemos que lo que se está haciendo es lo correcto -aunque se hayan cometido errores y omisiones que deben ser corregidos- dejemos a los provocadores tranquilos. La verdad siempre flota y, como decía Duarte, "no hay que perder la fe en la justicia de nuestra causa".