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A Don Hipólito y Don Miguel

Estoy sumamente sorprendida por el comportamiento que han asumido los señores Hipólito Mejía y Miguel Vargas, pues si estos son los líderes que dirigen multitudes, veo las cosas muy oscuras.

Alguien dijo que "líder no es aquel que logra gobernar multitudes sino aquel que logra gobernarse a sí mismo".

Creo que lo primero que debemos ver es como anidan en sus corazones el rencor, la revancha, la falta de humildad y sobre todo la falta de perdón. ¿Acaso no dijo Jesús que debemos perdonar a nuestros hermanos para que nuestro Padre Celestial pueda perdonarnos? Ninguno ha demostrado que cree en Dios, pues si así fuera actuarían conforme a la Palabra de Dios.

Debería darles vergüenza en la forma como se conducen, pues no son un buen ejemplo a seguir y sin embargo, hay muchos que los siguen, pero deberían abrir los ojos y exigirles que diriman sus diferencias, sin hipocresías, que se pidan perdón mutuamente, que reconozcan sus errores y que lo hagan de corazón, no por puro formulismo, porque deben saber que pueden engañarnos a todos pero a Dios no.

¿No saben que un reino dividido no puede prosperar? ¿Que uno sin el otro no puede llegar a ninguna parte?

Da pena lo ciegos que están y esa ceguera la tienen también los seguidores de ambos, a los que en estas circunstancias les toca definir si en verdad desean ser dirigidos por personas tan tercas, tan poco receptivas y sobre todo tan alejadas de Dios, porque Dios es amor, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, y no veo nada de esto en ellos.

Hermanos, demos ejemplo y busquemos líderes que puedan ayudarnos a acercarnos cada día mas a Dios, porque solo así podremos crecer en armonía todos juntos, luchando por un mismo fin y lograr que Dios en su infinita misericordia nos perdone nuestras faltas y nos de la vida eterna.

¡Que Dios nos Bendiga a Todos!