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Terrorismo
Terrorismo

Colombia votó por un acuerdo de paz más respetuoso del pueblo colombiano y sus instituciones que el firmado entre las FARC y el presidente Santos. Un acuerdo que no convierta a la guerrilla en representante del pueblo en el Congreso porque esa sería una afrenta y una falsa paz. Un acuerdo que no otorgue a los delincuentes privilegios que ningún otro colombiano puede ni siquiera soñar con tener.

Colombia -los del SÍ y los del NO- quiere la paz.

Era más valiente votar NO porque la presión internacional fue inmensa y el SÍ se había vendido como la única paz posible. Pero exigía borrar sin responsables ni consecuencias el terror de una guerrilla despiadada

Las FARC reclutaron más de 11,500 niños para sus filas. Eso es delito de lesa humanidad. Hasta hace tres meses extorsionaban a los campesinos porque -en palabras de Timochenko- “necesitaban dinero”. Peor, su declaración al conocer la decisión en urnas del pueblo colombiano fue ”el referéndum no tiene valor jurídico”. ¿Puede Colombia regalar medios de comunicación, dinero y representatividad política a alguien que desconoce el valor, el sentido, de los votos ?

La interpretación más mezquina del referéndum colombiano se ha leído en varios titulares: “Colombia dice no a la paz”. Inaudito, una interpretación falaz de quienes, en el fondo, quizá tampoco veían tan mal que los terroristas no pagaran ningún precio por sus crímenes. Algo más: el triunfalismo de la banda por el acuerdo era una señal. Nada que los alegrara tanto podía ser bueno para el pueblo que padeció el horror. Ahora, con la oposición y las urnas la paz tiene más futuro.

IAizpun@diariolibre.com

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