Credibilidad

Las demandas de los partidos opositores tuviesen credibilidad si fueran sensatas y específicas. Pedir que se anulen las elecciones cuando ya todo el mundo se ha formado una opinión de los resultados, no sólo es disparar al vacío, sino que disminuye el potencial de las quejas que puedan tener los partidos sobre el resultado electoral.

No es lo mismo pedir un reconteo o nuevas votaciones en algunas mesas, a que un candidato que sacó menos del uno por ciento, o hasta el 10 por ciento de los votos, exija la nulidad de los comicios.

Igualmente lo es el argumento. Los votos a nivel congresual y municipal sirven para elegir legisladores y ediles. Como nuestro sistema electoral prevé la representación proporcional, unos votos de más pueden significar posiciones que ahora están perdidas. Ese argumento es plausible y es razonable, pero no pedido con una huelga de hambre, sino con pruebas específicas que demuestren que el resultado final fue alterado por las acciones en tales o cuales mesas. Una acusación general no vale nada ni para un juez ni para la opinión pública.

La oposición tiene que demostrar que su lucha es seria. Los políticos dominicanos están viajando a los Estados Unidos a presentar sus quejas desde los años de 1920, sin resultado alguno. ¿Por qué no han aprendido la lección? Porque la intención es justificarse ante los parciales, y por eso nunca entenderán ni aceptarán las razones de la derrota.

La historia se repite cuando nos negamos a conocerla. Ese es el caso de la oposición política en el país hasta el día de hoy.

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Adriano Miguel Tejada