El 911, Montalvo y Salcedo

El problema de los ruidos organizados y/o aprobados por el Alcalde está en la mesa de Gustavo Montalvo, vía el 911.

Si usted llama por el ruido de un colmadón, el 911 actúa e incauta las bocinas. Si lo hace para denunciar el incumplimiento de la Ley en las actividades aprobadas y organizadas por el Alcalde, el 911 contesta ”esta es una actividad aprobada por el Ayuntamiento”. ¿Hay dos 911? ¿Uno para los munícipes y otro para los políticos?

¿Cómo se usa un parque? Ese es el centro del problema. Ayer, vecinos del Mirador Sur se querellaban en la Procuraduría ambiental por el escándalo que organizó el sábado un pastor evangélico en una marcha con bocinas que superó los límites del sonido... y del sentido común.

¿Para qué sirve un parque? ¿Puede Salcedo construir un “Maunaloa” al aire libre a la puerta de dos hospitales en una zona residencial sin que los vecinos puedan hacer valer sus derechos? Montalvo ya advirtió por las redes sociales que un Comité de Ruidos está sobre el tema.

¿No es exigible que el ADN se dedique a los mercados, cementerios y aceras, basura e invasiones que tienen a esta ciudad arrabalizada? ¿Cómo hemos llegado al punto en que los parques son los lugares “idóneos” para meter más ruido?

Irónicamente, 2015 es el Año de la Resiliencia de la Ciudad. Y parece que el ADN se ha propuesto medir hasta dónde llega el aguante de los ciudadanos.

En otras ciudades el ruido es un problema de salud y de orden público. Aquí, ahora, es un problema de abuso de la autoridad.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún