El culpable oportuno

Con la basura es fácil identificar un culpable favorito. Lajun no es la primera empresa que carga con todas las culpas y todas las iras. Y probablemente tiene muchas... pero seguramente no todas. Hasta para hacer trampas las empresas necesitan una contraparte.

Desde hace décadas el manejo de los desechos es un problema que los responsables tratan de solucionar a corto plazo, normalmente con ventajas para el que consigue el contrato o para el que lo concede. Pero no siempre con el conocimiento que se requiere. El manejo de los desechos es una ciencia, no una medida administrativa. Y además, la basura no es basura. Es un recurso.

Se recuerdan alcaldes que llegaron al cargo en su municipio con un contrato de recogida ya firmado y hasta con su propia compañía de camiones para la recogida. Ahora es Lajun, antes fue Astwood, Dixi, Urbaser...

Vivimos en un vertedero desparramado. Esa es la realidad. Los bordes de las carreteras, de las autopistas. Barrios residenciales y sectores populares. Plazas y parques. Nos hemos acostumbrado. La basura es parte del paisaje. Ciudades, pueblos, playas, ríos y campos... Todo está lleno de basura. Y en un recorrido por el Ozama o el Isabela, la experiencia es todavía más preocupante. El río burbujea por los gases, aceites y basura que arrastra. El olor es nauseabundo.

Reciclar, separar, reusar... hasta que no aprendamos, desde cada hogar a manejar la basura que producimos, no habrá solución. Y hasta que no se manejen con criterios muy técnicos, ambientales y de producción los vertederos, no saldremos de una “crisis” . No podemos hacernos los sorprendidos. Es un problema que viene de muy lejos y del que debemos sentirnos responsables todos.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún