El día que triunfó el pueblo

La rebelión militar había explotado al mediodía del día anterior, y la gente se lanzó a las calles a celebrar la caída un gobierno corrupto e ilegal, producto de un golpe de Estado, pero la celebración era prematura.

El gobierno se resistía a entregar el mando, y dio un ultimátum a los “rebeldes”, pero las fuerzas que hubieran podido sostenerlo estaban divididas. Por un lado, militares corruptos, temerosos de su destino. Por el otro, jóvenes oficiales hastiados de la corrupción imperante entre sus jefes.

La suerte estaba echada, y la limitada respuesta de apoyo de sus aliados y la extraordinaria respuesta del pueblo, sellaron la suerte del Triunvirato.

En la mañana del 25 de abril, los militares constitucionalistas ocupan lugares estratégicos de la ciudad de Santo Domingo, y obligan a renunciar a Reid Cabral. El pueblo acude en masa al Palacio Nacional en respaldo a la restauración del gobierno constitucional.

Esa noche se traspasa el poder al gobierno constitucional, en la persona del Dr. Rafael Molina Ureña como presidente provisional en su condición de Presidente de la Cámara de Diputados durante el Gobierno del profesor Juan Bosch, ante la ausencia del Presidente, vicepresidente y presidente del Senado. Inmediatamente se anuncia el reestablecimiento de la Constitución del 1963 y el regreso del profesor Bosch desde Puerto Rico.

Luego vendrían días aciagos, pero ese día 25, el pueblo se sintió triunfante. Había roto las cadenas de la opresión y del oprobio. Nada ni nadie le podrá quitar la gloria de ese día al pueblo dominicano.

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Adriano Miguel Tejada