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Redes Sociales
Internet
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“La gente dice que lee para aparentar, porque se elogia la lectura y se considera una actividad inteligente y maravillosa y no quiere que nadie les tache de tontos o perezosos. Pero leer exige un esfuerzo mental, capacidad de concentración, una curiosidad y una capacidad de entendimiento vivas y el dominio de la soledad”. La reflexión es del escritor Paul Théroux, en el prólogo de un libro de fotografíasde Steve McCurry que recoge momentos de lectura de personas de todo el mundo.

Es frecuente oír los lamentos de los profesores (y de los escritores) sobre lo poco que leen las generaciones jóvenes. (Aunque antes también era una minoría la que leía...) Unos lo achacan a la superficialidad de la cultura actual, otros a los cambios en el ocio que ha impuesto la tecnología, otros a la mala educación recibida... Pero Théroux aporta un ángulo interesantísimo: para leer hay que dominar la soledad.

Y sí, ese es un problema. Las redes sociales imponen un esquema en el que es imposible encontrar elementos positivos en la soledad. La soledad puede ser creativa, enriquecedor, de descubrimiento espiritual... y desde luego es inevitable en muchas fases de la vida,

Pero hoy, para varias generaciones, la soledad es inconcebible. Atados a los teléfonos, a internet, a las redes sociales, la comunicación es intensiva, apabullante, incesante. Estar solo y en silencio se ve com una tragedia. Con una merma ya medida por los científicos en nuestra capacidad de concentración, la lectura aparece como un reto difícil de superar. Acostumbrados a los pantallazos breves y continuos, dominar el tiempo y el silencio de la lectura de un libro puede llegar a ser una proeza...

IAizpun@diariolibre.com

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