El referéndum italiano y nosotros

Los italianos acudieron ayer a las urnas a votar en un referéndum que cambiaría de manera radical algunas disposiciones de la constitución de ese país. De hecho, casi equivale a una reforma del Estado.

Es el tercer referéndum en la historia de la República Italiana: en uno ganó el sí, y en el otro el no. El proceso del referéndum de ayer –que se convirtió en un plebiscito sobre el gobierno del primer ministro Matteo Renzi– se inició en el 2014 y dividió a la opinión pública.

El referéndum busca cambiar el estatus del Senado, el procedimiento en el Parlamento, elimina las provincias, cambia el poder de las regiones y otras reformas que han preocupado a los socios europeos del país de la bota y que constituirían cambios profundos en la política italiana.

Por supuesto, la clase política opuesta a la coalición gubernamental rechaza las reformas en el entendido de que daría más poder al Primer Ministro. El gobierno alega que Italia necesita gobiernos más estables para asegurar el desarrollo del país.

Algunas de las reformas que los italianos quieren hacer fueron previstas en la Constitución del 2010 que nos dimos los dominicanos, pero otras han sido discutidas en la opinión pública con cierto grado de consenso, como es el caso del número de provincias y la regionalización del país que existe como medida administrativa en algunos departamentos del Estado.

¿Debemos tener dos cámaras legislativas? ¿Se debe disminuir el número de diputados? ¿Se debe reducir el número de provincias? ¿Se debe modificar el procedimiento legislativo? Son tantas las interrogantes que sería interesante abrir un debate sobre las mismas.

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Adriano Miguel Tejada