La UASD pide visa

Cuando los dirigentes de la UASD hablan de abrir una extensión en Estados Unidos es difícil saber qué se proponen.

La Universidad pública tiene tantos y tan graves problemas, tan severas deficiencias que es difícil aceptar que deba asomarse a una etapa de expansión. Y además, expansión internacional.

Hablamos de un centro de estudios en el que todavía el estado de limpieza de los baños es noticia. Que tiene estudiantes que ameritan ayudas estatales de solidaridad de 500 pesos. Que los niveles de excelencia académica no son solo cuestionables, sino que en muchas facultades son declaradamente malos. Un centro cuyos estudiantes se quejan de la pasividad y mala disposición de muchos profesores, de dificultades para coger las clases, para inscribirse, para graduarse.

La UASD tiene privilegios para sus empleados y sus directivos que las universidades privadas no alcanzan. Maneja unos presupuestos muy altos nunca suficientes y que cada año provocan una cantaleta.

El nivel de excelencia académica de la UASD no permite muchas alegrías. Mejor harían sus dirigentes en arreglar sus problemas, corregir sus deficiencias en un ejercicio de sinceridad que ponerse a planear nuevas aventuras. Las extensiones regionales no son tampoco una muestra de calidad educativa.

Abrir una extensión en Estados Unidos, para la que of course piden más dinero, es buscar un problema nuevo para no resolver los que se le acumulan.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún