Los amigos

Una de las trampas del proceso de “apertura” cubana la tiende la comunidad internacional al tratar a la dictadura castrista como se trata a un régimen democrático.

Cumbre por aquí, diálogo por allá... Cuba aparece como un oasis de concordia, un destino ineludible en el circuito del turismo de convenciones. Cuba como anfitrión de diálogos de paz. Como entrañable escenario de reuniones al más alto nivel. Como set para portadas de Vogue. Cuba, en fin, como ejemplo de “resistencia y progreso”.

Pero el régimen político que gobierna la isla y que ha congelado la vida de tres generaciones de cubanos en la pobreza que petendía superar... es una dictadura. Un régimen represivo con presos políticos que los que simpatizan con los Castro ignoran o niegan. Una represión que no cede, una represión sistemática.

Cuba no es el régimen. Cuba son los cubanos que hubieran querido dejar atrás a la dictadura/negocio de los Castro y sus cómplices para reengancharse en el mapa de la historia del continente.

Es inexplicable, pero a la dictadura cubana la sostiene una comunidad internacional que se autodenomina progresista. Una ¿izquierda? incapaz de verbalizar que sí, que le gustan las dictaduras militares y que usa las trampas del lenguaje hasta hacer casi ininteligible un discurso plagado de tópicos. Una izquierda que venera al dictador y no compadece a sus víctimas.

Los Castro tienen suerte; son los dictadores con más amigos del mundo...

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún