Ni el más ingenuo, ni el más optimista, ni el mejor intencionado del mundo podía pensar que a estas alturas el país podía presentar buenos resultados en un informe PISA.

La educación es un proceso lento, continuo, largo. Toma el tiempo que toma. No hay píldoras de 4% que se repartan en las comidas de la tanda extendida para acelerar el proceso. Los resultados del informe PISA son una mala noticia pero no una sorpresa. La buena noticia es que se está haciendo un esfuerzo ingente por revertir el mayor problema de la sociedad dominicana: la mala calidad de la educación. Y que aspiramos a que en el informe PISA de 2018 podamos ver avances en los alumnos que entraron en el sistema mejorado.

La mala educación (y no solo en el aspecto académico) se traduce en baja productividad, delincuencia, desempleo, deficiencia en ciudadanía. Exijamos mayores controles en el gasto en educación, exijamos mayores inversiones en la formación de los profesores (también se hace: ahí está el trabajo de ISFODOSU). Seamos vigilantes... pero no derrotistas. Si el esfuerzo que estamos haciendo TODOS está mal dirigido tampoco quedaría demostrado por un informe PISA del año 2015. Y no olvidemos que todavía luchamos por vencer el analfabetismo. Este año se pretende rematar el esfuerzo de Quisqueya Aprende Contigo. Ya casi culmina, y eso también es parte del avance en Educación y será uno de los grandes legados de este gobierno.

Tenemos problemas que deberían resolverse rápidamente porque se pueden resolver rápidamente. Pero por mucha prisa que llevemos... la educación no es uno de ellos.

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Inés Aizpún