Promesas

1. Por mucho que prometan nuestros políticos ninguno va a poder igualar las ofertas de Nicolás Maduro. Aumento del 30% del salario y reducción de la semana laboral a dos días para los empleados públicos. Venezuela lo está pasando francamente mal y las decisiones que toman sus gobernantes la empujan todavía más hacia el abismo. La solución, buena o mala, pasa por terminar esa “revolución” autoritaria y populista.

2. Que Julio César Valentín diga a estas alturas de la comedia que reduciría los privilegios del Congreso Nacional es para echarse a llorar. O a reír, que ya no sabemos cómo hay que tomarse esta campaña. Los políticos tienen excesivo poder. Un poder que no se les ha entregado por delegación. No los elegimos para que se auto donen barrilitos y demás o para que incumplan las leyes (desde las de urbanismo hasta las de tránsito) cuando necesitan hacer un negocio.

Sí, todos reduciríamos los privilegios de los congresistas.

3. Hay un exceso de promesas en el ambiente. Desde los candidatos que prometen el 5% del Presupuesto a la UASD porque saben que no van a tener la oportunidad de hacerlo, a los que duplican lo que destina ahora el PLD a asistencia social.

4. Las promesas del populismo son infinitas. Imposibles, insinceras. No comprometen a nada porque una vez en el poder todo se disfraza y disimula. Recibir un cheque no es haber salido de la pobreza. No necesitar ese cheque, valerse por sí mismo, es el principio de haber salido del hoyo.

Esa promesa no se ha oído...

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún