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Salud mental en el Cabral y Báez

Nunca he caído en la trampa de creer que el Gobierno de un Estado pobre puede abrir ruidosamente las alas y cubrir eficazmente y a tiempo todas las necesidades del país, a pesar de que proclame que esa es su misión. Lo paradójico es que pese a que un Gobierno pobre está limitado en sus ejecutorias, sus enemigos lo denuncian y culpan de ser un “descomunal derrochador” de recursos.

Con este párrafo intento justificar el porqué el Gobierno no ha podido terminar los trabajos de reconstrucción del hospital José M. Cabral y Báez dentro del plazo previsto hace un poco más de tres años. Y es que si la sociedad no aporta al Estado suficientes recursos para que éste pueda dar soluciones a tiempo a las demandas de la misma sociedad, nuestro Estado y cualquier otro en similar situación, quedará en extrema indefensión ante las interminables demandas y la carencia de dinero para afrontarlas exitosamente.

Aunque con muchas limitaciones e incomodidades, autoridades hospitalarias, médicos, enfermeras y personal de apoyo, hemos permanecido ofreciendo al público prácticamente todos los servicios de salud que la población solicita. Pero las atenciones médicas que en peores condiciones ha dado el hospital durante la reconstrucción son las de Salud Mental. Los colegas siquiatras, sicólogos, enfermeras y trabajadores sociales que en estos últimos tres años han atendido la mala salud mental y emocional de los habitantes de esta región, han realizado el trabajo más difícil que tiene la medicina: ¡La atención a enfermos con una patología mental!

Mientras familiares y otras personas huyen del paciente “loco”, los siquiatras y sicólogos tienen que pasarse horas escuchando sus delirios o alucinaciones o tratando de comprender qué factores lo llevaron a la esquizofrenia, a depresión mayor o a su enfermedad bipolar.

Esos colegas de Salud Mental, usando como consultorios furgones calurosos, y que además cuando llueve las goteras los inundan, atendieron en el 2013 a 11,600 enfermos mentales, en el 2014 a 9,566, y en el 2015 a 8,325. Señor Presidente, permítame sugerirle que en vista de que el área destinada a Salud Mental ya está totalmente remodelada y equipada, el Gobierno disponga su entrada en funcionamiento.

menpe120@gmail.com

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cartaalpresidente@diariolibre.com

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