Entre compañeros se hacen trampas...

El PRD no puede quejarse del gobierno, y no se queja, pues el presidente, más por estrategia que por real aporte, fue generoso en exceso.

Los perredeístas, sin embargo, sí se quejan, pero no del gobierno, sino de los compañeros que salieron premiados en el sorteo y ocupan posiciones en que pueden resolver. No es lo mismo ser viceministro de Relaciones Exteriores o de Obras Públicas, que director del Seguro Social, administrador del Idecoop, o encargado de la Autoridad Portuaria.

La diferencia es clara. Mientras unos cobran, y ya: simples botellas, los otros administran, y como se trata de reparto, cada titular tiene dominio del área puesta a su cuidado.

Aunque lo interesante es que la querella no es contra fulano o zutano que dirigen o administran, sino contra una comisión de empleos designada por el partido con esos fines. La comisión hizo el trabajo, y consiguió colocar, solo que ahora se descubre que benefició a familiares y amigos y no a los dirigentes que verdaderamente se fajaron. La situación es grave, la denuncia cruda, y la indignación no se aguanta: “cómo que no, si a perencejo le nombraran una chula”.

Diario Libre