¿Fracasa la conexión brasileña?

El fiscal de Brasil fue abucheado en la UASD, y no se le encuentra razón, pues antes que todo era un invitado. Sin embargo, toda suya la imprudencia.

No era tonto, y pudo haberse dado cuenta desde el principio que no se le quería aquí por célebre, sino porque se le suponía con información privilegiada.

Se esperaba que le diera una galleta sin manos al Procurador, pues pasa el tiempo y este no da con un procedimiento que permita avanzar en el proceso contra Odebrecht.

E hizo todo lo contrario.

Se reveló como aliado, y lo que se quería era que lo colocara contra la pared, lo esposara, y detenido le aplicara un poco del rigor brasileño.

Nada de eso.

Ferreira de Silva vino en balde, ahora se sabe menos que antes, y de seguirse así, la colaboración de los brasileños habrá que borrarla de la lista.

Brasil era la única esperanza, pero al parecer era verde, y antes que marchar se dejó comer por los burros. La renuencia a dar nombres dominicanos sería parte de una conjura o una real complicidad. Con razón nadie se da por confesado.

Diario Libre