Hay declaraciones que avergüenzan...
¿Será por eso que algunos no las hacen?
Diario Libre
La declaración de bienes del Presidente y de la Vicepresidenta es un poema declamado en noche de bohemia. Limpia la voz y apasionado el corazón. No pasarían hambre si salieran del cargo, pero nada de ricos con ostentación.
Ahora se entiende menos que haya funcionarios electos o nombrados que se resistan, que no quieran que se conozca su precariedad o su fortuna.
Es verdad que hay personas discretas que nunca cocinarían arenque para que el vecino no se entere. Pero igual lo del efecto demostración. Hace tiempo que salió de los manuales de sociología y anda por las torres de lujo, por las marinas y por los clubes de alcurnia.
Unas y otras pueden valerse por sí mismas, y en su defecto buscarse un notario de los del número, o algunos oficiosos, que son tremendos ocultando o exhibiendo.
Según sea el caso.
El Presidente habló de transparencia, y no hizo falta que diera en la mesa. Cada interesado sabe a qué atenerse y de qué abstenerse, pero a todos conviene írsele alante a la pelota. No siempre tirará a medio brazo y no es bueno esperar a que el golpe avise. ¡Quítate de la vía, Perico, que ahí viene el tren!
Diario Libre
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