Un 911 político para el gobierno

El gobierno lleva cuenta detallada del servicio 911, y no hay acto por pequeño que sea del que no haga su correspondiente reporte. No será la niña bonita, que esa es la Educación, pero sí una dama querida.

Algo así como la segunda base.

Sin embargo, el mismo gobierno, y viendo la efectividad, va a tener que crear una especie de 911 político, un equipo que sea pronto y diestro en enfrentar las contingencias del día a día de la campaña.

Aunque la gente gozó viendo a la Policía aplicando los derechos humanos a uno de los más connotados defensores, la represión no es la manera más apropiada de aquietar la calle.

La sociología enseña lo contrario. Ese disuasivo funciona en una dictadura, pero no en una democracia, en que importan mucho las formalidades y los protocolos.

El caso Abinader demuestra que las ambulancias políticas no llegan a tiempo, y no por los tapones, sino por falta de diligencia. El ministro de Energía y Minas apareció y replicó el mismo lunes de la rueda de prensa.

En cambio, el de Medio Ambiente habló el jueves, cuando ya pasaba el evento. ¿Que dónde estaba? Dicen que en Cienfuegos, pero el de la capital, no el de Santiago.

Diario Libre