“La solución al delito no está en los códigos”

SANTO DOMINGO. La República Dominicana comparte con muchos países de Latinoamérica los altos índices de criminalidad, de corrupción y de delitos diversos. También la percepción de que la Justicia no ofrece las respuestas necesarias para enfrentar dichos males.

Consultados al respecto, tres abogados internacionales, especializados en distintas ramas del derecho y con una vasta experiencia en sus respectivos países, dejan por sentado que la solución de los problemas delictivos no está en los códigos bajo los que se imparte justicia, sino que tiene que definirse como una política de Estado que traspasa el ámbito de lo judicial.

El abogado francés Gilles Paisant es profesor de la Universidad de Savoie (Chambéry, Francia), y fundador del Centro de Derecho Privado y Público de las Obligaciones y del Consumo; el venezolano Humberto Angrisano es especialista en derecho procesal, y es profesor de pre y post grado en la Universidad Central de Venezuela y en la de Monteávila; Luis Guinard, panameño, fue profesor de derecho de Propiedad Intelectual, civil y bancario en la Universidad Católica Santa María La Antigua y es presidente de la Asociación Panameña de Derecho de la Propiedad Intelectual (Apadepi).

Los tres juristas fueron invitados al Diálogo Libre, que conduce el director del Diario Libre, Adriano Miguel Tejada, y del que participaron además los abogados Carlos Gómez-Jara Díez, español, y Héctor Alies, dominicano.

“El derecho lo vemos como una solución a través del código. Y el código te indica una norma de conducta que tú debes procurar seguir o evitar, pero, en materia penal, el código no te prohíbe que tú mates, esa es una libertad que se tiene. El individuo toma la decisión de hacerlo o no, por la sanción que le impone el código, por el miedo a la sanción. El problema está en que, en nuestros países, el ciudadano le ha perdido el respeto al derecho, a la ley. No le tiene miedo al código”. Así lo manifiesta Angrisano, para quien el problema de la delincuencia es de ámbito social y cultural, no de leyes.

“Podemos tener las normas más perfectas, los sistemas jurídicos más blindados posibles y una estructura judicial con los mejores jueces, pero si el ciudadano no tiene conciencia de la importancia de la ley y de ese respeto que tiene que tener, es difícil que funcione”, expresa.

Guinard abunda en ese sentido al destacar el rol que tiene que darse a la educación de los ciudadanos, sobre todo en el respeto de las leyes. “Hay que enseñarle a la gente que un país donde se respetan las instituciones es un país que avanza”, subraya.

Y Agrega: “La educación es lo que va a transformar a nuestras sociedades y para eso tiene que haber un acuerdo nacional en nuestros países, en donde se logren los objetivos”.

Otro aspecto que Guinard destaca como fundamental en la lucha contra el crimen y la corrupción es el respeto a la institucionalidad, y en ello ve determinante la participación de la sociedad civil.

“En América Latina pasamos por picos y valles de institucionalidad en función de qué político llega al poder. En ocasiones hay políticos que echan la institucionalidad a un lado con el argumento de un desarrollo más rápido. Pero, los países que no respetan las instituciones no se desarrollan”, considera Guinard.

Tania Molina