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Diciembre

Ya entró diciembre, un mes risueño, fresquito, juguetón.

Normalmente la gente está de buen humor, así que sorprende que Naciones Unidas eligiera un día de diciembre, el 9, para declararlo Día Internacional Contra la Corrupción, ese tema tan irritante.

El mensaje del año pasado fue: "En este Día Internacional contra la Corrupción, comprometámonos a hacer la parte que nos corresponde tomando medidas enérgicas contra la corrupción, avergonzando a quienes la practican y engendrando una cultura que valore el comportamiento ético."

"La parte que nos corresponde", ahí está el truco, que al parecer hay instituciones o funcionarios al frente de esas instituciones que no tienen muy claro qué les corresponde hacer. "(...) avergonzando a quienes la practican". Eso está todavía más difícil. ¿Avergonzando cómo? ¿Entra un "corrupto" en un restaurante y los demás se salen? ¿Llega al aeropuerto y le abucheamos? ¿Y si resulta que las instituciones encargadas de someterlo no lo hacen?... ¿por qué tendrían que ser los ciudadanos los que asuman esa responsabilidad? ¿Y si se equivocan y es inocente?

La corrupción es difícil de combatir cuando la institucionalidad es débil y la decisión política de acabar con ella no es firme.

Mientras, los países se estancan o empobrecen porque unos listos, los más listos, se enriquecen. Porque hay que decirlo siempre: el problema no es que ellos se enriquezcan, es que al hacerlo... nos empobrecen a todos.

IAizpun@diariolibre.com