Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
opinion

Ecuador bendijo a muchos

El viaje sirvió para dar vigencia a mucha gente...

A los dominicanos en Ecuador les fue de maravillas, en sus diferentes delegaciones. Aunque hubo roces innecesarios que fueron aclarados a tiempo.

No se puede ofender arriba y esperar resolver abajo. Quito es tierra alta y los mareos deben curarse una vez que se llega o en el transcurso inmediato.

Roberto, el de la Junta, no se pavoneó, pero pudo hacerlo, pues la asistencia que prestó a los ecuatorianos fue decisiva para un resultado inobjetable.

No sólo llevó logística, sino también los aparatos, y sus hombres fundamentales. Hasta al bueno de Félix.

A Mariano, el del Tribunal, no le fue igual al principio. Se encontró con Abinader, el joven, en un pasillo, y éste sacó arco y flechas, aunque no llegó a disparar.

Hicieron las paces antes de empezar la guerra.

El propio Abinader tuvo oportunidad de despachar en grande. Hizo un aparte con Martín, el de la falsa carta, y conversaron largo y tendido sobre el PRD, el de aquí.

De Rafelito, el vice, sólo hay que decir que salió bien como jefe de misión de la OEA, pues ese antiguo ministerio de colonias santiguó la victoria de Correa.

Los dominicanos, al parecer, cuando van a la gloria viajan a Ecuador.