Santo Domingo

Los hoteleros de la capital dominicana piden al alcalde electo una serie de cambios pensando en sus huéspedes y en potenciar la economía de la capital. Si logran ser escuchados, los munícipes saldremos también ganando.

Las peticiones de los empresarios del sector hotelero no son muy diferentes a las que por años llevan manifestando los vecinos de la capital en cuanto foro se les permite hablar, que no es lo mismo que ser escuchados. La prensa, micrófono abierto a todos, lleva recogiendo el ánimo y las preocupaciones de los vecinos del Distrito y el Gran Santo Domingo con muy poca receptividad.

Los ruidos, las irregularidades en los permisos de construcción, la basura, la invasión de las aceras para montar negocios, los parques públicos escasos, inseguros y sucios.

Para los hoteleros, una ciudad hostil es un freno para atraer huéspedes, un freno a su negocio. Para los habitantes, una ciudad hostil es malvivir en un hábitat que se degenera año tras año, sin que parezca haber ideas o intención de reconducir su crecimiento.

Diario Libre