Una lucha seria
Diario Libre
Lo peor que le puede pasar a la lucha contra la corrupción es que se convierta en un pleito de lavanderas de patio entre el Gobierno y la oposición.
El combate a la corrupción es un asunto demasiado serio, en el que hay demasiadas cosas en juego, para que los que podrían salir más perjudicados de una verdadera solución al problema pretendan embaucar a la población creando un “falso conflicto” entre ellos que anule el propósito irrenunciable.
Otro problema en la lucha contra la corrupción es la falta de método en los estamentos encargados de prevenirla y perseguirla.
El corrupto no es un ladronzuelo que con un revólver de poco calibre asalta una oficina o un negocio. La corrupción es un engranaje de complicidades que envuelve a profesionales de la contabilidad, agentes bancarios, abogados, publicistas y consejeros, todos encargados de borrar el rastro de la conducta corrupta.
El ejército que combata la corrupción tiene que disponer de iguales o mejores armas y tratar de ir un paso adelante.
La lucha contra la corrupción es un asunto muy serio para dejarlo en manos de políticos o de sospechosos.
Diario Libre
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