Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Corrupción
Corrupción

Antes de hacer, hay que Ser

Si realmente se quiere combatir a la corrupción e impunidad, cada ciudadano debe reflexionar sobre sí mismo. Si de verdad se quiere un país en el que se pueda vivir y morir, entonces se debe combatir la corrupción desde nuestras familias.

Es fácil y demostrable por medio de la historia, tanto la antigua como la reciente, que la corrupción es uno de los comportamientos más primitivos del ser humano, pues en cada siglo que ha transcurrido desde el principio, la humanidad ha jugado un único papel estelar en el tratamiento de esta situación que atañe y perjudica a la sociedad, no sólo a los más vulnerable económicamente, sino también a aquellos que disfrutan de sus acaudaladas fortunas.

Seguramente, algunos de los daños y consecuencias que la corrupción conlleva, no repercuten de inmediato en la población o de una manera directa. Sin embargo, la bola de nieve que se va formando puede llegar a tamaños astronómicos, trayendo consigo deterioros posiblemente irreversibles, lo que provocará una inestabilidad en todas las áreas del acontecer ciudadano.

En la República Dominicana hemos hablado mucho sobre los temas de la corrupción y la impunidad, los cuales asedian a la población minuto a minuto. En cada esquina de nuestro país, se habla y se escribe sobre las sanciones y penas que deberían ser ejecutadas sobre los culpables. Y esto es útil y necesario para marcar precedentes y comenzar de una buena vez a derretir esa enorme “bola de nieve” que ha estado rodando desde hace mucho tiempo.

Pero en éste contexto, poco se habla de que los hogares dominicanos son los centros iniciales donde el ciudadano adquiere y desarrolla principios fundamentales que rigen su conducta en el trayecto de su vida.

Las movilizaciones, protestas y exigencias ciudadanas que se realizan con el mero propósito de que la corrupción e impunidad empiecen a ser erradicadas, deberían ser tan efusivas que provocaran no sólo una reacción en cadena contra estos males en los lugares públicos y privados, sino, que también los efectos de éstas luchas puedan permear a cada uno de los hogares de la nación, ya que la corrupción y sus consecuencias afectarán de una u otra manera a las futuras generaciones.

Si realmente se quiere combatir a la corrupción e impunidad, cada ciudadano debe reflexionar sobre sí mismo. Si de verdad se quiere un país en el que se pueda vivir y morir, entonces se debe combatir la corrupción desde nuestras familias. El modo de contrarrestar es respetando cada una de las instituciones que el ser humano necesita para continuar su existencia en esta tierra, siendo la primera, la familia.

juancarlostavarez33@gmail.com

TEMAS -