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Por el rumbo equivocado

Los candidatos en sus discursos de campaña hablan habitualmente de cercanía, de escuchar los reclamos del pueblo... Sin embargo, percibimos la devaluación de la credibilidad en el ejercicio de la política... es altamente preocupante el alto nivel de violencia que ha ido permeando todas las esferas sociales de nuestro país, desde la familia con los feminicidios, hasta los secuestros y el sicariato... Lamentablemente la impunidad y la complicidad han sido los mejores aliados de los corruptos en los sistemas políticos en todo el mundo. La impunidad es la mejor manera de incentivar a los corruptos a apropiarse de los bienes del pueblo... Carta Pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano, enero 2016

Un 68.1% de los dominicanos entiende que la economía va por el rumbo equivocado, de acuerdo con los resultados de un sondeo electoral realizado en la primera quincena del presente mes de enero por la encuesta Noticias SIN-Mark Penn. Es un resultado que contrasta radicalmente con los informes oficiales, las evaluaciones de organismos internacionales y de las agencias calificadoras de riesgos. Pero a pesar de lo bien que luce la economía dominicana en el papel, la realidad que viven los dominicanos es tipificada de manera muy diferente por quienes tienen que enfrentarse en su diario vivir con toda clase de problemas. Son perspectivas muy diferentes.

Ciertamente, un grupo reducido de dominicanos llena los restaurantes, los shows artísticos, los hoteles, los centros comerciales y demás, y pudiera llegarse a la conclusión de que la cosa no puede estar mal. Sin embargo, ambas realidades coexisten unidas por el fuerte vínculo de la desigualdad social y económica. Probablemente, más del 80% de los dominicanos subsisten precariamente sin que la esperanza de un mejor futuro haga más ligero el peso de la cotidianidad.

En este sentido, la citada encuesta muestra los cuatro principales problemas que agobian a los dominicanos: Criminalidad y delincuencia, la inflación y el costo de la vida, la falta de empleos, y la corrupción gubernamental. No se necesita argumentar sobre la delincuencia y el crimen sin castigo, pues independientemente del estatus social o económico los dominicanos viven una pesadilla de inseguridad que se ha robado el sentido de tranquilidad de nuestras familias. No resulta tan evidente, empero, cuando la encuesta destaca que el costo de la vida es el segundo problema más importante, en contraposición a los niveles de inflación –por debajo de la meta- que oficialmente se reportan. Aun cuando el costo de la vida percibido por los distintos grupos sociales no es lo mismo que la inflación –un índice que abarca mucho más allá que la canasta básica- es sorprendente que siendo la inflación tan baja, el costo de la vida sea considerado como una gran preocupación. Realmente, no tenemos una explicación a mano, pues al final de la cadena el alto costo de la vida debe tener un impacto importante en el nivel de inflación. En otras palabras, están encadenados.

Igualmente, llama la atención que el desempleo continúa preocupando a los dominicanos sin importar que las cifras oficiales hablan de la creación de unos 400 mil empleos en los últimos años tres años, situando al desempleo en niveles inferiores a la desocupación que registran muchos países desarrollados. Este resultado parece guardar cierta coherencia con el hecho de que apenas el 1.3% de los encuestados dijeron que los bajos salarios eran un problema importante. En un mercado laboral de alto desempleo –al menos percibido- es más importante conseguir un trabajo –aunque sea de baja remuneración- que permanecer desempleado.

El cuarto problema que preocupa a los dominicanos es el de la corrupción gubernamental. Es lógico que sea así. Los tres primeros problemas están conectados con la vida diaria de los dominicanos. La inseguridad, el costo de la vida y el desempleo son realidades que impactan negativamente, en el día a día, la capacidad de supervivencia de la mayoría de los dominicanos. Y la corrupción, aun siendo condenable moral y económicamente, tiene efectos dañinos que no son tan obvios para el común de los ciudadanos. No obstante, el 68.8% consideró que en la OISOE ha habido mucha corrupción; solo el 5% respondió que no ha habido corrupción en esa oficina supervisora de las obras del gobierno.

Esos cuatro problemas, a los que se agregan otros muchos más como el deficiente sistema de salud pública, los apagones, el desorden de la administración pública y el deficiente sistema educativo –según señalan los encuestados de manera espontánea- son las bases sobre las que se monta la percepción del 51.9% de los encuestados de que el país va por mal camino. Aunque es un porcentaje muy alto, es inferior al 68.1% que consideró que la economía va en la dirección equivocada.

El gran rompecabezas es que a pesar de esos resultados, el Presidente Medina mantiene altos niveles en la intención de voto para los comicios de mayo venidero. Un 57% dijo que votaría por la reelección del mandatario, lo que parcialmente está asociado con el hecho de que el 73.3% de los encuestados respondió que las visitas sorpresa benefician al pueblo dominicano. Las razones fundamentales, sin embargo, me parece que hay que buscarlas en otros ámbitos; mientras tanto, vamos firmes por el rumbo equivocado.

@pedrosiver31

Pedrosilver31@gmail.com

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