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Pacto Eléctrico
Pacto Eléctrico

Sin pacto eléctrico se complica el pacto fiscal

Por eso, tal como fue nuestra palabra, pusimos en marcha el Pacto Eléctrico y seguimos con atención sus progresos. A esta fecha, ya se han alcanzado 121 consensos y avanzamos hacia su fase de concreción y firma. Si todo camina de acuerdo al calendario establecido por los participantes, estaríamos firmando ese acuerdo el próximo mes de abril.

Presidente Medina, Asamblea Nacional, febrero 27, 2016

En materia fiscal, vamos a saldar una cuenta que es legítimo admitir que aún está pendiente, me refiero a la convocatoria del Pacto Fiscal, que será una prioridad en nuestro segundo mandato. Sin embargo, quiero adelantarles también que no vamos a esperar hasta que dicho pacto esté firmado para tomar medidas que aseguren la sostenibilidad de las cuentas públicas.

Candidato Medina, AMCHAMRD, marzo 30, 2016

El pacto eléctrico viene acumulando meses de retraso, sin que se vislumbre una rápida y concertada solución al estancamiento de un acuerdo que es indispensable para la convocatoria del pacto eléctrico. No se concluyó en abril, como esperaba el Presidente Medina, y una vez pasadas las votaciones -y con los costos políticos fuera de las urnas- es posible que las urgencias fiscales por las que atraviesa el gobierno le obliguen a recorrer un camino al margen del Consejo Económico y Social, tal como ocurrió pasadas las votaciones del 2012.

En tal sentido, el Presidente ha sido enfático, pues consideró que el mantenimiento de la sostenibilidad fiscal -discurso citado más arriba- pudiera obligarlo a tomar medidas que no pudieran ser aplazadas a la espera de la conclusión del pacto fiscal. Pero la relación entre el pacto eléctrico y el fiscal va mucho más allá que una simple secuencia en los tiempos de discusión. El sector eléctrico continúa siendo un dolor de cabeza para la sostenibilidad de las cuentas fiscales. Como muestra, un botón. En el 2015 la CDEEE recibió un subsidio del gobierno central superior a los 24 mil millones de pesos, a pesar de que los precios en la generación de electricidad llevan mucho tiempo por debajo de los precios que se esperaban alcanzar con la construcción de las plantas a carbón. Sin embargo, el problema eléctrico sigue siendo una pesadilla que se convierte en amarga realidad a través de los apagones y del pesado fardo del subsidio público.

Fue admitido por el Presidente Medina ante la Asamblea Nacional que las plantas, con un nivel de ejecución de tan solo un 60%, no estarían listas -como se había planeado- antes de concluido el presente período gubernamental y, por tanto -se intuye-, la solución a la crisis eléctrica se posponía para el siguiente mandato que se iniciaría en agosto próximo. De más está decir que se trata de un sueño, y que pasará el próximo mandato sin que se logre la anhelada solución si la apuesta -literalmente, una apuesta- es que las plantas a carbón son la solución.

Si el gobierno se ve obligado el camino de la unilateralidad para implementar correctivos fiscales parciales -y ciertamente cuenta con una holgada mayoría congresual para hacerlo- pudiera provocar que el pacto fiscal cayera en la irrelevancia. Un riesgo que no ha sido superado del todo en relativo al pacto eléctrico. No olvidemos que la decisión de construir las plantas a carbón se tomó con anterioridad a la convocatoria para las discusiones de dicho pacto, como una forma de dejar establecido que su implementación estaba fuera de toda discusión, dando por sentado que la discusión acerca del rol del gobierno -un tema central en cualquier proceso de concertación público-privada- en la generación eléctrica no era materia de debate.

De la misma manera, ya el Presidente anticipó el tipo de reforma fiscal que impulsaría; no teniendo prácticamente ningún espacio tributario para aumentar las ya elevadas tasas impositivas los correctivos se centrarían en el tema de las exenciones fiscales. En su discurso del 30 de marzo pasado, el candidato Medina advirtió que se hará una revisión profunda de los incentivos fiscales, de manera que las actividades más productivas sean las beneficiadas. Cualquiera pensaría que las «actividades más productivas» son las que menos necesitan los incentivos. Previamente, en un discurso pronunciado el 9 de diciembre del 2015, el Presidente había planteado, ante la matrícula de AMCHAMRD, que los incentivos dejarían de operar una vez que la economía dominicana alcanzara niveles de costos competitivos. ¿Habrá alcanzado la economía dominicana ese nivel? No parece.

El problema con este enfoque -aparte de lo defectuoso que pudiera resultar- es que fija toda la atención en una reforma en los aspectos recaudatorios y deliberadamente ignora los aspectos que están asociados a un gasto público plagado de ineficiencias. Cuando se habla de reforma integral se incluyen tanto las fuentes de recaudación como las distintas partidas del gasto público.

La pregunta crucial es si el gobierno con sus estrecheces fiscales podrá esperar pacientemente la culminación del pacto eléctrico. Recuerden que en un par de meses el presupuesto del 2017 debe estar listo para iniciar el proceso de aprobación en las distintas instancias, incluidas las cámaras legislativas; por lo que es sensato pensar que el pacto fiscal no estará listo al momento de la formulación presupuestaria. Esperemos, en consecuencia, nuevos parches fiscales.

@pedrosilver31

Pedrosilver31@gmail.com

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