Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Sexo
Sexo

En la ruta plástica de Onán

Expandir imagen
En la ruta plástica de Onán (RAMÓN L. SANDOVAL)

Lo que personalmente ignoro si faltaba: en la Barcelona catalana acaba de abrir un prostíbulo tan y tan particular que el placer no se obtiene a partir del ayuntamiento de músculos, sino que interviene el plástico y no solo del preservativo. Es el material de las muñecas a disposición de los interesados en acceder a una experiencia sexual única, transable, eso sí, a precios similares a “the real thing”.

De la costilla de Adán salió Eva, cuenta la leyenda bíblica. En unos moldes plásticos está la génesis, en igual componente, de Katy, Niky, Lily y Aki, las heteras disponibles en la ciudad condal para cuantas fantasías albergue el mortal dispuesto a pagar por un sexo del que ya se tenían noticias, solo que ahora se ofrece con características diferentes. Llevan ya algún tiempo en oferta las muñecas a tamaño y en configuración natural, garantizada la entrega con discreción absoluta una vez hecho el pedido, a la medida del deseo, por internet.

Nada de racismo en el diseño corporal de estas chicas, plásticas de verdad sin necesidad del cirujano o la consabida afectación que produce la cabeza hueca. Las dos primeras son claramente europeas; la segunda, asiática; Aki responde al patrón de los personajes en los cartones animados japoneses agrupados bajo el término anime, un género muy popular con dibujos realistas a mano y del que la pornografía saca provecho. Hay promesa de que pronto entrará en acción una negra, Aliza, porque también la melanina subida puebla el imaginario de pasión y terremotos pélvicos atribuidos a la mujer de estirpe noche cerrada. De ella serán los vientos alisios, aunque moderados, que deberían sentir quienes sigan la ruta plástica del Onán mal entendido. Mulata o negra, blanca o asiática, no creo ninguna soporte la prueba del fuego —pasional, quiero decir—, aunque quizás sí la del juego.

Las enfermedades de transmisión sexual pertenecen al mundo de los bípedos, los de carne y hueso por supuesto. Estos novedosos comerciantes del placer aseguran con rotundez la higiene de las muñecas, sometidas a un riguroso procedimiento de desinfección una vez el cliente satisface su curiosidad, necesidad o lo que sea. Sin embargo, recomiendan el uso de condones que generosamente proveen, lo que despeja cualquier duda sobre el carácter totalmente plástico del contacto, más aún si el usuario incorpora a la experiencia uno de esos artilugios gelatinosos con que se resuelven situaciones en solitario, o que añaden ímpetu a la cópula en las parejas normales. Aconsejan, además, el uso de lubricantes porque, en el caso que nos ocupa, los prolegómenos tan necesarios, las mañas incendiarias y trampas para la libido, carecen de consecuencias glandulares. Habrá que redefinir el pecado de la carne.

Así describen a Katy, como toda una muñeca: “Katy es una LumiDoll de 170cm de altura y grandes pechos que se hace muy realista al tacto. Sus labios son un fuerte atributo junto a su penetrante mirada. Tiene todo lo necesario para cumplir tus fantasías, con un realismo difícilmente igualable al de cualquier otra LumiDoll. No dudes en ofrecernos todo tipo de detalles para hacer realidad tu fantasía con Katy, desde la ambientación del lugar a la vestimenta con la que te gustaría recibirla. Atractiva, sensual y sexy. Sin duda, será la mejor compañera. Tú pones los límites”. A continuación sigue la tarifa, por hora, como corresponde.

Otra descripción, como para alucinar: “Para todos nuestros amantes del anime japonés, tenemos en LumiDolls a Aki. ¿Alguna vez has imaginado momentos de intimidad con alguno de esos personajes de anime que más te gustan? Con Aki será posible y quedarás más que satisfecho. Esta LumiDoll de aspecto y tacto realista será capaz de complacerte mejor de lo que esperas. Su pecho voluptuoso, muy natural al tacto, y su suave torso harán de vuestra intimidad una experiencia única. La ambientación de la habitación con Aki puede ser distinta a la de las demás LumiDolls... ¡Déjate sorprender!” Sorprendente es la tarifa, de hasta un equivalente a nueve mil pesos dominicanos por hora y media en compañía de una muñeca, pero a solas con la imaginación. Imagino reciben pago plástico, porque hasta las trabajadoras sexuales, que sudan de verdad y aguantan sin distingos las peores manifestaciones masculinas, aceptan tarjetas de crédito.

La voluptuosidad corporal de las muñecas sexuales revela una pretendida preferencia masculina. Hasta la desanimada Aki carga nalgas generosas y glándulas mamarias con referencia directa a buenas madres de ganado suizo. En adelanto a la pregunta de algún bobo, se informa de entrada que el catálogo completo tiene cavidad oral, vaginal y anal. No se aclara si los dientes y muelas están exentos, aunque dudo algún avispado requiera certificado de buena dentadura si lo excitan unas buenas mordidas o dentelladas que en modo alguno podrán proveer estas muñecas. Pero como en la promoción del burdel se anota que no hay límite a la fantasía...

Es de rigor descartar la violencia de género, aunque se nos antoje violento que alguien quiera descargar sus impulsos sexuales en una vagina plástica, y que consiga previamente apartar de su mente el símil con aquellos monigotes, de materia parecido, utilizados para las clases de anatomía. A Onán le han endilgado una práctica que no le corresponde si nos atenemos al texto bíblico que más bien describe el coitus interruptus y no el onanismo en la acepción de hoy en día. Pero, ¿de qué otra manera describir un acto que también se practica en singular dada la inacción y ausencia de animus copulae en esas muñecas plásticas a las que les funcionan las articulaciones, pero desprovistas de espíritu, desangeladas?

Fantasía ilimitada en el prostíbulo de las muñecas plásticas. En una relación real, los confines de la sexualidad quedan a definición de adultos conscientes y hasta consencientes. En la coincidencia en el placer y en cómo lograrlo radica uno de los aspectos trascendentes de las relaciones sexuales, territorio solo apto para aquellos a quienes se les acelera el corazón, en todos los sentidos, en los aprestos y consumación del acto amoroso. Que nada de malo tienen las preferencias, y visto bueno de antemano para quienes suben y bajan de la cumbre en compañía de una muñeca sin pulso e incapaz, por ejemplo, de atizar las pasiones con palabras adecuadas en el momento adecuado.

En el mundo de la posmodernidad, la posverdad, los hechos alternativos y centenares de sitios de cita por internet, también hay espacio para el pos-sexo, no importa la moralina dispersa en abundancia cuando se trata de colocar en casillas de bueno y malo las diferentes conjugaciones del verbo hacer seguido de amor como substantivo. Que la mayoría apueste por las prácticas tradicionales y prefiera el toque y calor humanos, la reciprocidad y el canje de emociones en la cama, no equivale en absoluto a un desmentido de la pertinencia del burdel barcelonés. Por el contrario, no intervienen allí la trata de personas ni la explotación tan afín al trabajo sexual. Subyace, sí, la sospecha de machismo por la pasividad de la compañera, la imposición incuestionable y el ambiente con monopolio de un solo protagonista. También la desolación que provocan sociedades en las que la noción de colectivo y solidaridad desfallece y se enseñorea el sadismo.

A muchos gusta una muñequita, pero como la popularizada en la voz de Nat King Cole, la que puede hablar y decir: “Sí te quiero mucho, mucho mucho, mucho, tanto como entonces, hasta morir.”

adecastro@aol.com

TEMAS -
  • Sexo