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Enfermedades que solo le dan a los dominicanos

Todavía se oye decir que a fulana le dio un “patatú”, y que a un señor le dio un “yeyo”, o que fulanito tiene un “chicón” en la frente por una caída; que esta señora tiene un “empache” que se dio anoche y una “tutuma” en la frente y que tiene “salpullidos” en los brazos y una “roncha” en la cara. Que otro señor tiene un “viento” en la barriga y le dio la “gota” por lo que tembló y hubo que llevarlo corriendo al médico. Que fulanito es un “gambao”, un “malograo”, con “golondrinos” debajo del brazo, porque en su casa hay “mazamorra” en todo el baño, por lo que a su familia le ha dado “raquiña”. Pero que el vecino está “abimbao” y con una “guachipa” y que le ha dado “saranana”. Y la muchacha del frente tiene la “luna” y su novio está “tullío” y el hermano tiene una “garrapela” que no le deja abrir la boca, y un amigo un “ojo de pecao” que lo tiene sin poder abrir los ojos. Todo esto es hoy una “vaina rara”, un lenguaje “jodio”, alguien que “cogió el viento” para el “timbí”.

Los dominicanos, como todos los de otras naciones, tenemos un lenguaje muy propio, que solo nosotros mismos entendemos. Porque aunque se “nace ciego”, con un “timbí”, dándole “la gota” y “to’ deguabinao” , es una palabra “jodia” que nos hace reír y un palabrerío tan propio, tan humano, que solo nosotros comprendemos.

Estas “enfermedades” me las enviaron por Facebook y me encantaron. Se las envié a otras personas para que se acordaran del “pan nuestro de cada día”, si es que así pudiéramos llamarle. Ayer me dijo la que señora que viene a limpiarme la casa que su nieto tiene “bichos” y que le han dado un purgante de hojas de aguacate con sal y ramitas de naranja, pero que eso no le ha hecho nada bueno. ¡Oh mi Dios... hasta las recetas las fabricamos!

Si vas al mercado te encuentras con frascos llenos de cosas, cositas y cosotas preparadas y el vendedor que actúa como un médico y veterinario y te cuenta lo que han hecho esas cosas en el estómago, en la frente, debajo del brazo, en la boca y hasta en el corazón de sus “pacientes”. Cuando algún mocano se da cuenta que tienes una enfermedad o dolor en alguna parte del cuerpo, te indica que tomes una tizana de hojas de naranja con sal o con miel, o una de semillas de tal o cual cosa con azúcar, todo de la Madre Naturaleza, y no se puede negar que algunas hacen buen efecto.

Dios nos proteja de unas y otras medicinas, ya sean recetas médicas, o de una vecina que dice saber lo bien que hacen sus recetas.