Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Encuestas
Encuestas

Las incómodas encuestas

Expandir imagen
Las incómodas encuestas
Greenberg/Diario Libre ha realizado 3 encuestas en lo que va del 2016. (FUENTE EXTERNA)

Las encuestas constituyen una poderosa herramienta en los estudios académicos de las ciencias sociales y en las investigaciones aplicadas que se emplean para la medición de patrones de conducta y tendencias entre segmentos de la población. Sirven para determinar perfiles de los consumidores potenciales de un producto o servicio. Levantar temas relevantes de la agenda pública. Evaluar desempeño de empleados y ejecutivos en empresas privadas e instituciones públicas. Para establecer las preferencia de los electores durante una campaña. En este caso, son instrumentos útiles para los estrategas que dan seguimiento (tracking) a la competencia entre candidatos y partidos. Permitiendo identificar temáticas claves y diseñar ofertas atractivas para públicos específicos, detectar debilidades y fortalezas propias y del contrario, crear vía el marketing publicitario imágenes de empatía entre candidato y elector, para persuadirlo y captar su voto.

La solvencia ganada por las encuestas como medio de predicción del comportamiento electoral real que se expresa en las urnas, ha motivado a medios de comunicación a contratar los servicios de encuestadoras de prestigio a fin de monitorear la evolución de las campañas, divulgándose cíclicamente sus resultados. De este modo, estas encuestas contribuyen a la formación de la opinión pública e inciden en la forja de las expectativas preferenciales de los electores. Así, en el escenario dominicano de los últimos procesos electorales, hemos contado con ambos tipos de encuestas: las asociadas a partidos y candidatos, algunos de cuyos resultados suelen divulgarse a conveniencia –como punta de iceberg- y las contratadas por los medios.

En las elecciones del 2012 estas últimas fueron más certeras. Así Greenberg/Diario Libre, Gallup/Hoy y Penn & Schoen/SIN, predijeron 51%, 50.6%, y 51%, respectivamente, para Danilo Medina, obteniendo éste 51.21% de los votos. Para Hipólito Mejía el pronóstico fue 46%, 44.6% y 46%, ubicándose finalmente la votación en 46.95%, casi un punto porcentual por encima.

¿Qué pasó con las encuestadoras alineadas con los candidatos? Benenson situó a DM en 52, pero colocó a HM en 41, mientras Sigma Dos marcó 53.7 para DM y 43.6 para HM, ambas asociadas al candidato del PLD, con una clara subestimación de la competencia. En el bando contrario, Zogby Analytics y Bedinxen, trabajando para el PRD, registraron a DM en 45% en sondeos realizados entre el 12-14 de mayo 2012, subestimándolo en 6 puntos porcentuales. Mientras HM figuraba con 50 y 52, 3 y 5 puntos por encima de lo que alcanzó en las urnas. Las del 2012 fueron las elecciones más disputadas en nuestra historia democrática. DM arrancó con 36% e HM con 56%, revirtiéndose esta brecha.

Para las elecciones del próximo domingo 15 de mayo, Greenberg/Diario Libre ha realizado 3 encuestas en lo que va del 2016, al igual que Gallup/Hoy y Mark Penn/SIN. Un total de 9. El promedio de todas otorga 58.89% a DM y 31.27 a Luis Abinader. Si sólo contáramos las últimas (publicadas entre final de abril y el 11 de mayo) de cada medio, G/DL 60-37, G/H 63-29, MP/SIN 62-28, el promedio sería 61.66 para DM y 31.33 para LA. Un margen de 30 puntos.

Ahora, si procedemos a computar los resultados de 8 encuestas realizadas por empresas vinculadas al PLD y divulgadas en 2016 desde febrero hasta mayo (Benenson, Expeditions Strategies, CID Latinoamérica, Asisa, Sigma Dos). Estas promedian 60.8 para DM y 31.05 para LA, prácticamente los mismos datos, coincidentes con las encuestadoras de los medios. Si en lugar de promediar la serie completa lo hiciéramos sólo con los últimos 4 sondeos de abril y mayo (Benenson, Expeditions Strategies, Sigma Dos y CID), las cifras serían: 64.65 DM y 28.95 LA. O sea, marcaría un incremento de la brecha entre los dos candidatos situándola en 35.7.

Veamos ahora los datos difundidos por las empresas encuestadoras asociadas a la candidatura del PRM/Luis Abinader durante este año. La norteamericana Zogby Analytics, la dominicana Alfonso, Cabrera & Asociados y la mexicana Votia, que publicaron 6 encuestas (1, 2 y 3 respectivamente). En procesos anteriores, como el del 2012, prestaron sus servicios al PRD/Hipólito Mejía empresas de solvencia profesional como Centro Económico del Cibao que dirige Leonardo Aguilera y la fallecida Ana María Acevedo, una meritoria experta en esta materia que rindió una labor tesonera al partido blanco. Es presumible que tanto en el PRM como en el PLD se hacen estudios exclusivos para consumo interno en apoyo al trabajo electoral. El promedio que arrojan las 6 encuestas realizadas entre febrero y mayo es de 48.85 para DM y 42.86 para LA. Presentando una brecha de sólo 6 puntos, siempre a favor de Medina.

El mayor peso en este balance lo tiene Votia, al aportar resultados de 3 sondeos telefónicos, una metodología que emplea Newlink en el país. A diferencia del grueso de las empresas encuestadoras en el campo electoral que aplican entrevistas presenciales a muestras que oscilan entre 1000 y 1200 encuestados -utilizando algunas, como Gallup, réplicas de las boletas de la JCE y una urna para colocar el voto, garantizando una mayor privacidad de la selección. A partir de sus datos, el representante de Votia ha pronosticado en cada comparecencia la “inminencia” de una segunda vuelta. En el último boletín divulgado el jueves 12, con los resultados del sondeo telefónico efectuado entre el 7 y 10 de mayo (47.3 versus 45.1), el director de Votia Felipe Quintos declaró un “empate técnico” dado el margen de error y proyectó una segunda vuelta. Asignándole 2.8 a Guillermo Moreno y 4.8 a otros.

Es obvio que Votia no sólo emplea una metodología diferente, sino que muestra unos datos que se alejan significativamente de lo que marcan las demás encuestas, incluyendo la de Dorín Cabrera del 10 de abril: 50.1 DM-42.9 LA. Antes Cabrera, quien funge como asesor de estrategia de campaña de Abinader, había publicado el 10 de enero 52.9 DM-40.7 LA, una diferencia de 12 puntos porcentuales.

Si aplicáramos un procedimiento consistente en promediar los respectivos promedios de los dos grupos de encuestadoras vinculadas al PLD y al PRM, a fin de neutralizar los sesgos que sus encuestas pudiesen registrar, obtendríamos 54.82 DM-36.95 LA, una brecha de casi 18 puntos. Si a su vez incorporáramos al ejercicio el promedio obtenido por los candidatos en las 9 encuestas realizadas por los medios de comunicación, el saldo sería 56.89 DM y 34.11 LA. Si calculáramos cada uno de los 3 grupos de encuestadoras (medios de comunicación, PLD y PRM), el balance al promediar cada uno de los 3 promedios sería 56.18 DM y 35.06 LA. O sea, estaríamos frente a un margen de ventaja de 21 puntos porcentuales.

Ese ejercicio fue el que realicé para las elecciones del 2012, desagregando resultados, a fin de afinar la puntería en cuanto a aprovechar el valor de las encuestas como instrumento de predicción de las votaciones en las urnas. Sabedor que se cuecen habas en el negocio que hoy representan las campañas desarrolladas a galope de la afluente industria electoral, merecedora de la habilitación de una Cuenta Satélite a cargo del Banco Central para medir su aporte al incremento del PIB, tal como funciona para el turismo y la industria cultural.

Conviene consignar que las encuestas no son infalibles, por más escrupulosas que sean las metodologías empleadas para garantizar el cumplimiento de los criterios de representatividad y confiabilidad de sus resultados. Cuidando la selección de la muestra, el diseño del cuestionario, el entrenamiento del personal de campo y su supervisión efectiva, el programa de codificación y tabulación de los datos, el análisis de los mismos y su presentación bajo pautas de objetividad y claridad conceptual. Cada sondeo electoral es una foto del momento, captada en el marco de un proceso dinámico, cambiante, sometido a una competencia regularmente fiera, porque se disputa el poder y todas sus consecuencias beatíficas y diabólicas.

Aún aquellos políticos que han declarado no creer en ellas –como solía decir Balaguer pese a auxiliarse a hurtadillas de los excelentes servicios pioneros en este campo de Lozano & Asociados, dirigida por mi apreciado amigo Rafael Lozano-, buscan en sus datos pautas para definir sus estrategias, detectar errores y corregir rumbo. Para derramar, como miel sobre hojuela, el dulzor de las ofertas complacientes. Para atacar al contrario en sus puntos flacos y sacar ventaja. Y cuando los numeritos los favorecen, apelar a ellos, flamearlos como bandera de triunfo, animando a los electores vacilantes a subirse al “carro de la victoria”, al vagón de los celebrantes.

No basta con disponer de buenas encuestas. Los políticos de raza saben que necesitan una maquinaria partidaria estructurada con activistas motivados, alianzas convenientes, auxilio del sector externo, apoyo financiero. Objetivos claros y estrategia consonante. Publicidad inteligente y segmentada que llegue y genere empatía. Plan de medios. Programa de contactos directos con grupos claves. Calendario de movilización y acciones de campaña de los candidatos. Todo ello empaquetado en propuestas atractivas que enamoren a la gente, esa que acudirá a las urnas. Para lo cual hay que garantizar que efectivamente traduzcan simpatías en votos. Logística el día de las elecciones, transporte, dietas, padroncillos para los supervisores. Delegados de mesa que defenderán el voto en el colegio. Centro de cómputos propio. Gente en la JCE, bancada de abogados lista para el TSE. Todo eso y mucho más, porque la prensa importa, los observadores, la comunidad internacional también para legitimar.

Pero volviendo a nuestro tema, el de la fiabilidad de las encuestas como herramienta de predicción. Mi truco es tomarlas en serio y buscar la verdad en el promedio que marca la tendencia. Algo así como decir –parodiando a mi apreciado colega “chileno” Rafelito Acevedo, el de la Gallup y gran creyente- que Dios se encuentra en el promedio.

TEMAS -