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Los avances tecnológicos

Hay que tener lo último en celulares. Esos que modernizan mes a mes. Se chatea, se escucha música, se tiran fotos desnudas o haciendo sexo y las ponen en las redes (luego se quejan y demandan) y un largo etcétera difícil de entender. Hace un tiempo fui a reparar mi celular y me dijeron que tenía que cambiarlo, que estaba viejo, y le dije: Pues mire, cámbieme a mí también. Si no tienes uno creado hace pocos días, eres un atrasado mental. Si no entras en las web que te llevan a miles de años atrás o te dicen lo que está sucediendo ahora mismo al otro lado del mundo, estás caducado. Tengo computadora para lo necesario, y un celular solo para llamadas. Se comunican conmigo por Facebook, al que entré para saber de amigas que hace tiempo no sabía, pero personas que no conozco, y no sé por qué quieren mi amistad, me envían, sin mensaje alguno y en su foto de perfil, un ratón, una yegua, una lechuza, y yo me pregunto ¿quiénes son?

Ser amigo significa tener cosas en común, pensamientos, compartir sentimientos, conversar, en fin que un amigo, una amiga, es una familia cercana, alguien en quien puedes confiar. Pero eso de que te manden cada día, a cada hora, simplezas, intrascendencias, cosas que no tienen importancia, fotos despreciables, cosas asquerosas, a mí me da tres pitos, y las borro. He bloqueado a muchos: a fulanito que me envió a un nati-muerto ensangrentado, a perencejo comiéndose un pedazo de chicharrón ¡ay carajo! Lo borro de inmediato.

La tecnología actual, cambiando y avanzando día a día, minuto a minuto, tiene un gran valor. Nos permite saber lo que no sabíamos y encontrar lo que nunca habíamos encontrado. Y otra incomodidad: chatear en una reunión familiar, mientras se come, eso es una falta de respeto, una mala educación. Y también lo es abrir el celular cuando se está hablando con alguien, a menos que se espere una llamada de emergencia. Yo, cuando suena otra llamada mientras estoy hablando con alguien, no la tomo. ¿Por qué? Porque considero que es lo mismo que interrumpir una conversación personal y dar la espalda. Cuando alguien me dice, espera, no cierres que me ha sonado otra llamada, ahí mismo cierro. ¡Mal educada, si me dejas, te dejo, y no me vuelvas a llamar!

Así que, volviendo a Facebook, no respondo a quien no me diga quién es. Ya lo saben. Y si me llamas, no me cortes. Si te sientas conmigo a la mesa, no te pongas a chatear porque me paro y me voy. Es que la tecnología moderna cambia al ser humano, unas veces para bien y otras para mala educación. Hay personas que se comunican dentro de la misma casa con el marido, con los hijos, con los hermanos ¿Y eso es relación familiar? Con los niños está sucediendo lo peor. No saben hablar con otra gente, no te hacen caso, no miran a su alrededor, no quieren más que jugar con sus aparatitos. Los padres los dejan y así echan a un lado la responsabilidad de educarlos como debe ser, día a día, minuto a minuto. Adiós, los dejo, me están enviando un mensaje por email. Así es la modernidad, cuando va vestida de mala educación.

Denver, Colorado

La tecnología actual, cambiando y avanzando día a día, minuto a minuto, tiene un gran valor. Nos permite saber lo que no sabíamos y encontrar lo que nunca habíamos encontrado.