De salario y presupuesto (II)

Un sector cuyos intereses están al margen cuando se aprueba el presupuesto y se discuten alzas salariales, es el de la fuerza laboral informal, la integrada por gente cuyo afán es sobrevivir a la cotidianidad, en una realidad que, parafraseando a Galeano “cada noche se vive como si fuera la última y cada día como si fuera el primero”. Me refiero al vendedor ambulante, al chiripero, al echa día, al hombre y a la mujer del pequeño taller o colmado no formalizado, a los infelices que viven para trabajar en lugar de trabajar para vivir. A esos no les alcanza y tampoco son tomados en cuenta, aunque paradójicamente constituyen más del 50% de la fuerza laboral, cuando se habla de salario y de inversiones para el bienestar de las mayorías.

Nelson Rodríguez