Por la Ciudad Colonial
Diario Libre
Señor Presidente
Con la esperanza de que nuestro incierto porvenir habrá de ser reencauzado por los senderos de un correcto desarrollo para mayor prosperidad de todos los hijos de esta tierra, y confiado en que Su Excelencia, quien ha empezado a gobernar con muy buen pie, habrá de llevarlo a cabo, con la ayuda de Dios y de los dominicanos de bien, me dirijo a usted, muy respetuosamente.
Como habrá de ser de su conocimiento, he dedicado la mayor parte de mi vida productiva a tratar de rescatar y poner en valor el patrimonio histórico de nuestro país, en particular el correspondiente al de nuestra Ciudad Colonial, designada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Esta riqueza urbanística y monumental única en Las Américas, por haber sido la primera en ser fundada, y el lugar desde donde salieron a conquistar, y a desarrollar los primeros núcleos fundacionales del continente, una vez rescatada y revalorizada está destinada a contribuir con nuestra industria turística.
Defraudado y decepcionado por cuanto ha estado ocurriendo, decidí desentenderme del tema que tantos disgustos me ha causado, últimamente. Pero al surgir un presidente que escucha, y que está cumpliendo su compromiso de campaña, de hacer lo que nunca se ha hecho, decidí hacerle llegar esta misiva, esperanzado en que algo sucederá con esto, antes de que sea tarde.
Lamentablemente, esta ciudad histórica, única en el área en que se encuentra en permanecer en un estado de abandono casi total, para vergüenza de nosotros los dominicanos y disgusto para todo el que la visita, impide que podamos pretender convertirnos en uno de los principales destinos turísticos de la región del Caribe.
Confiado en que Su Excelencia habrá de hacer lo que esté a su alcance para modificar esta situación, permítame sugerirle que incluya en su apretada agenda el tan necesario rescate y revalorización de este patrimonio, con la seguridad de que habrá de sentir la satisfacción de haber hecho lo que otros dejaron de hacer, además de implementar el tan necesario turismo cultural, como complemento importante del exitoso turismo tradicional, de mar, sol y arena.
Manuel e. del Monte urraca
Envía tu carta a cartaalpresidente@diariolibre.com
Con la esperanza de que nuestro incierto porvenir habrá de ser reencauzado por los senderos de un correcto desarrollo para mayor prosperidad de todos los hijos de esta tierra, y confiado en que Su Excelencia, quien ha empezado a gobernar con muy buen pie, habrá de llevarlo a cabo, con la ayuda de Dios y de los dominicanos de bien, me dirijo a usted, muy respetuosamente.
Como habrá de ser de su conocimiento, he dedicado la mayor parte de mi vida productiva a tratar de rescatar y poner en valor el patrimonio histórico de nuestro país, en particular el correspondiente al de nuestra Ciudad Colonial, designada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Esta riqueza urbanística y monumental única en Las Américas, por haber sido la primera en ser fundada, y el lugar desde donde salieron a conquistar, y a desarrollar los primeros núcleos fundacionales del continente, una vez rescatada y revalorizada está destinada a contribuir con nuestra industria turística.
Defraudado y decepcionado por cuanto ha estado ocurriendo, decidí desentenderme del tema que tantos disgustos me ha causado, últimamente. Pero al surgir un presidente que escucha, y que está cumpliendo su compromiso de campaña, de hacer lo que nunca se ha hecho, decidí hacerle llegar esta misiva, esperanzado en que algo sucederá con esto, antes de que sea tarde.
Lamentablemente, esta ciudad histórica, única en el área en que se encuentra en permanecer en un estado de abandono casi total, para vergüenza de nosotros los dominicanos y disgusto para todo el que la visita, impide que podamos pretender convertirnos en uno de los principales destinos turísticos de la región del Caribe.
Confiado en que Su Excelencia habrá de hacer lo que esté a su alcance para modificar esta situación, permítame sugerirle que incluya en su apretada agenda el tan necesario rescate y revalorización de este patrimonio, con la seguridad de que habrá de sentir la satisfacción de haber hecho lo que otros dejaron de hacer, además de implementar el tan necesario turismo cultural, como complemento importante del exitoso turismo tradicional, de mar, sol y arena.
Manuel e. del Monte urraca
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