Todo menos ellos

Quizá es la crisis económica mundial, el cambio climático, los avances de la tecnología... todo se conjuga para que sintamos que somos testigos de un cambio fundamental de ciclo. El mundo, parecería, está al borde de un cambio profundo.

Han cambiado los papeles del hombre y de la mujer en la sociedad en los últimos 30 años y todavía no sabemos las consecuencias de la transformación. Han cambiado las familias, las relaciones sexuales, prospera la lucha contra la homofobia. Ha cambiado el entorno laboral, la vida y las costumbres en los pueblos, las relaciones con los jefes, cambian las familias de lo que antes se llamaba alta sociedad.

Han cambiado los curas y las monjas y los imanes se han radicalizado. Ha cambiado la forma de hacer la guerra y hay nuevas formas de concebir los bebés. Ha cambiado la cocina, la agricultura, el pensum de las universidades, el sentido de entender la salud y hasta la muerte.

Ha cambiado el ocio, el modo de viajar, de ver el cine. Los niños han perdido libertad y usan casco para montarse en una bici de rueditas. La infancia ahora es corta y la adolescencia cada vez es más larga.

Todo ha cambiado menos ellos. ¿Cómo, cuándo lograremos que los políticos (aquí y allá) entiendan que el dinero público NO es de libre manejo? ¿Qué parte del sistema tenemos que retorcer para conseguir que el  dinero público no termine en bolsillos privados? ¿Qué hay que hacer para que ellos también cambien?

IAizpun@diariolibre.com

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