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Dos asesinos se equivocaron, y mataron a un "hombre de Dios"

Luego volvieron y dejaron un papel pidiendo perdón

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Dos asesinos se equivocaron, y mataron a un hombre de Dios
El cadáver fue sepultado con llantos y cánticos de alabanza.

VILLA ALTAGRACIA. Wilfredo Casado era un religioso dedicado a su trabajo de herrero y a predicar la palabra de Dios en una iglesia ubicada en el sector La Cuchilla de aquí, pero la noche del dos de enero llegaron dos hombres a su residencia, y sin mediar palabras le dieron dos balazos.

Cuenta Nazario Rodríguez, amigo de la víctima, que tres días después del hecho, dejaron en la puerta de su residencia una nota que decía: "Perdón, nos equivocamos de persona".

Casado, después de terminar su labor, llegaba a su casa, se bañaba y salía a visitar enfermos que necesitaban oír la palabra de Dios y los domingos celebraba.

Vivía solo y compartía lo poco que tenía con el que lo necesitaba sin importar su color de piel, raza o religión. Sus vecinos lo definen como un hombre bueno, trabajador y solidario.

Con relación al caso hay una persona presa con medidas de coerción de un año en la cárcel pública de San Cristóbal, se trata de José (Josecito) Ortega.

Teonilda Santana dice que la noche antes de morir asistió al velatorio de una señora y tras rezar dijo "hermana estoy cansado, me voy a pedirle perdón a Dios porque no quiero morir sin antes estar en paz con él".

Dijo Santana que nunca pensó que ese día sería la última vez que hablaría con el que fue su "guía y consejero" en los últimos cinco años.

Al día de su muerte, Casado tenía 63 años de edad, y desde muy joven ayudaba a los curas de su localidad en todo lo que fuera necesario.

Era rezador en todos los velorios y en las novenas que se le hacían a los personas fallecidas. También era conocido por su destreza para rezar y entonando cánticos religiosos.

Lo que se ganaba en su taller de herrería, lo compartía con ancianas de la iglesia, con enfermos comprándole medicinas y comida.

Dejó solo un hijo que reside en Nueva York y vino a la muerte de su padre y tiene previsto volver para donarle la casa a una institución ligada a la iglesia.

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