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Avión solar vuela de Washington a Nueva York

Este avión revolucionario alimentado con energía solar terminará un viaje simbólico por EEUU

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Avión solar vuela de Washington a Nueva York
En esta fotografía de archivo del miércoles 22 de mayo de 2013 el Solar Impulse, piloteado por André Borschberg, despega del aeropuerto internacional de Phoenix. AP
WASHINGTON. En la ruidosa Nueva York los pilotos de un avión larguirucho que parece más un juguete esperan llamar la atención de una manera sorprendente: sin ruido y con menor consumo de energía.

Este avión revolucionario alimentado con energía solar terminará un viaje simbólico por Estados Unidos volando tranquilamente sobre la Estatua de la Libertad y aterrizando en una ciudad cuyos edificios suelen ocultar el sol.

La velocidad máxima del avión de 72 kilómetros por hora (45 millas por hora) es tan baja que irritaría a los automovilistas en cualquier autopista.

El avión Solar Impulse partirá de Washington en un viaje previsto para el sábado, si el clima lo permite. El viaje requerirá horas y no tiene las comodidades básicas de cualquier otro vuelo.

Pero no hay problema, los creadores de la nave dicen que su propósito tiene poco que ver con volar.

Se consideran pioneros verdes, al promover materiales más ligeros, baterías alimentadas con luz solar y la conservación ambiental como algo sensual y aventurero. Su avión es como el equivalente volador del auto deportivo eléctrico Tesla. Quieren que la gente sienta emoción mientras preserva el planeta.

Y si hay alguien que sabe de aventura y lo que significa para la tierra es Bertrand Piccard.

Es uno de los dos pilotos que se turnarán para volar el Solar Impulse. Su abuelo fue el primer hombre en ver la curvatura de la Tierra en un globo para grandes alturas hace más de 80 años. Su padre fue el primero en llevar un submarino a la fosa más inaccesible y profunda en el planeta.

Ahora en el siglo XXI fuera del anexo del Museo Smithsonian del Aire y el Espacio, no muy lejos de un transbordador espacial retirado, Piccard dijo que realmente no hay un lugar nuevo por explotar en la Tierra. A sus 55 años lo ha intentado.

Fue la primera persona en volar alrededor del mundo en un globo sin escalas, pero eso no era suficiente. Así que Piccard encontró la manera de explorar viendo hacia el interior y actuando a nivel mundial.

"Es una exploración de nuevas maneras de pensar", dijo Piccard, psiquiatra de profesión. "Es importante entender que ser pionero no es sólo lo que haces sino lo que piensas, es una forma de pensar más que de actuar".

Para él no hay una mejor causa que la energía limpia.

"Tras la conquista del planeta, el siglo XXI debería tratarse de mejorar la calidad de la vida", dijo Piccard. Y el larguirucho y ligero Solar Impulse "es algo espectacular para llamar la atención de la gente, si haces una bicicleta solar para desplazarte a nadie le importará, si haces un avión solar a todos le importa, todos quieren verlo".

El primer vuelo de prueba del avión se realizó el año pasado en Europa, con una ruta de Suiza a España y Marruecos. Este año el vuelo por Estados Unidos es otra prueba que servirá como preparación para un vuelo mundial en 2015, con una versión mejorada del avión. Solar Impulse ha viajado a San Francisco, Phoenix, Dallas, San Luis, Cincinnati y Washington. Sólo le falta el aeropuerto JFK de Nueva York.

"Estamos volando el avión más extraordinario del mundo", dijo.

Aunque se anuncia como un avión alimentado con energía solar, es una definición algo flexible porque tiene muy poca eficiencia energética, dijo el director de Solar Impulse, Andre Borschberg, el otro piloto del avión.

Algunas partes de sus alas son tres veces más ligeras que el papel. Su cabina es diminuta. Borschberg se agacha cautelosamente frente a una cámara de televisión, sonríe y prácticamente se pone el avión encima como una prenda ceñida.

La mayoría de las 11.000 celdas solares del avión están en las alas súper largas, que parecen prolongarse tanto como las de un jumbo jet. Pesa casi lo mismo que un auto pequeño y vuela a 10.000 metros (30.000 pies) de altura con la potencia de una pequeña motocicleta. Cuando aterrizó en el Aeropuerto Internacional Dulles, en los suburbios de Washington, pasando la medianoche del 15 de junio, sus alas estaban iluminadas con 16 luces LED que usan menos energía que dos bombillas de 100 vatios.

"Podemos usar mucha menos energía de la que usamos ahora sin sacrificios", dijo Borschberg. "Y eso es muy importante".