Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
revista

Soberanos del Casandra

Expandir imagen
Soberanos del Casandra
Entre las quejas que llegan hasta Acroarte, además de la de la familia Damirón Rivera, se encuentra la de que los Soberanos son flor de una noche, llama de ese día y oscuridad después. Hay quejas de olvidos y parece ser verdad.

Entre los errores cometidos por Acroarte, no solamente este año, sino desde antes, es el no darle el sitio que se merecen los ganadores de El Soberano dentro del teatro y en todo lo referente a los premios. Sería realmente hermoso que año tras año pudiesen ponerse de pie como parte del espectáculo. De ellos, sólo hay cuatro fallecidos, Luis Rivera, Luisito Martí, Freddy Beras Goico y Rafael Corporán de los Santos. Los dos primeros fueron los ganadores de las dos primeras ediciones 1985 (póstumo) y 1986, respectivamente.

De ahí en adelante han ganado Maridalia Hernández (1987); Jorge Taveras (1988); Agliberto Meléndez (1989); Michel Camilo (1990); Juan Luis Guerra (1991); Ramón Orlando y Juan Luis Guerra (1992); Pochy Familia (1993); Guillermo Cordero (1994); Julio Sabala (1995); Ángel Muñiz y Luisito Martí (1996); José Antonio Molina (1997); Milly Quezada (1998); Nuria Piera (1999); Sonia Silvestre (2000); Johnny Ventura (2001); Wilfrido Vargas (2002); Fernando Villalona (2003); Joseíto Mateo (2004); Carlos Piantini (2005); Rafael Solano (2006); Charytín Goico (2007); Juan Luis Guerra (2008); Johnny Pacheco (2009); Aventura (2010); Rafael Corporán de los Santos (2011) y Los Hermanos Rosario (2012).

Entre los Soberanos no hay ningún representante del teatro puro, donde una Cecilia García o una María Castillo lo merecen, así como un Amaury Sánchez por su teatro musical, siendo el género que más se ha desarrollado en el país en la última década.

Tampoco el ballet o la danza tienen ganadores de Soberanos. Hay que medir bien en qué se basa ese reconocimiento, más allá de la trayectoria o los éxitos del año; si en el grado de popularidad, o en la huella que se deja culturalmente hablando, o en ambas. La gente no lo tiene claro. Y a veces ni uno mismo, que vive de escribir sobre estos temas.