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¿Cómo hay que vestirse para una boda?

Las invitadas deben evitar el blanco y en la ceremonia de día está permitido lucir pamela

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¿Cómo hay que vestirse para una boda?
Los príncipes Felipe y Letizia en el enlace religioso del príncipe Guillermo
No basta con elegir un vestido, es necesario saber la etiqueta que requiere el enlace para ir de manera adecuada. Asistir a una boda requiere cumplir un protocolo y acertar con un buen estilismo.

Antes de elegir el modelo para asistir a la boda, es muy importante leer con atención la invitación y asegurarse de la etiqueta que requiere el enlace. Después, es necesario saber dónde y a qué hora se celebra, así como si es religiosa o civil, lo que nos ayudará a escoger la ropa más correcta.

Si en la invitación no hay referencia a ningún código, se entiende que existe libertad para acudir como se desee, pero hay que prestar atención al estilismo, ya que existen unas reglas mínimas de protocolo.

Puede suceder que la invitación indique la etiqueta con la que se debe vestir, bien sea formal, de gala, de cóctel o uno más informal y relajado como solicitó la cantante Paulina Rubio cuando contrajo matrimonio con Colate, quien pidió a sus invitados que fueran vestidos de blanco.

Y según estas reglas, las invitadas deben evitar el blanco, tono reservado para la novia, y el negro, color que está íntimamente ligado con el luto, aunque este último cada día es más frecuente por su poder para estilizar la figura y su extremada elegancia. Sin embargo, hay excepciones, prueba de ello es el vestido blanco que lució Pipa Middleton en el enlace de su hermana Catalina con Guillermo de Inglaterra.

Una vez aclaradas todas las dudas, es el momento de elegir el modelo. Los vestidos cortos están permitidos siempre. Si el enlace es de mañana, lo correcto es asistir con un vestido corto, en tono suaves", explica el director de la Escuela Internacional de Protocolo de Madrid, Francisco Merino, quien asegura que "el color blanco es de uso exclusivo de la novia".

Aunque la reina Rania de Jordania, una de las mujeres más elegantes del mundo, asistió al enlace los príncipes de Asturias en la catedral de la Almudena con un modelo largo en tonos malvas y blanco, con el que sorprendió a muchos.

En la ceremonia de día está permitido lucir pamela, accesorio que debe permanecer puesto todo el tiempo, incluso en los espacios interiores. Si se prefiere lucir una mantilla, debe ser oscura, ya que la blanca queda reservada para la novia. Este complemento no se puede quitar hasta que no se lo retire la novia, que suele ser antes del cóctel. El atuendo ideal para el hombre es un traje de chaqueta oscuro y camisa blanca o el chaqué, en función de la etiqueta.

De largo, por la tarde

Cuando la boda es de tarde, momento del día en el que todavía hay mucha luz, "los tocados y pamelas están permitidos, pero no están muy bien vistos los vestidos largos hasta los pies, un traje de cóctel sería más acertado", detalla Merino, quien asegura que, aunque no hay nada escrito en protocolo, los trajes largos de gala en tonos más vibrantes y oscuros resultan idóneos para las boda de tarde-noche.

Los modelos nocturnos pueden realzarse con un tocado acorde para la ocasión, coqueto y femenino accesorio que puede estar confeccionado con vistosas flores, sugerentes plumas, divertidas lentejuelas o rematado con una sofisticada redecilla.

Los pantalones también están admitidos siempre y cuando sean anchos, de gran caída y confeccionados con tejidos ricos. Conjuntados con una hermosa blusa y chaqueta entallada resultan favorecedores, sobre todo en mujeres altas.

En cuanto a los zapatos, siempre se recomienda lucir zapatos o sandalias con tacón, cuya altura variará en función del gusto y de la comodidad que se busca. Otra opción es recurrir a los diseños con cuñas, aunque no son tan elegantes.

La máxima "menos es más" también hay que llevarla a rajatabla en cuestión de joyas. Prescindir del reloj y escoger piezas finas y con personalidad para adornar muñecas, cuello y orejas es una buena opción. Es importante no eclipsar a la novia, es la protagonista.