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Meriendas saludables, algunas pautas de lo que deben comer nuestros niños en la etapa escolar

El rendimiento académico va de la mano con la alimentación adecuada, según la edad y el ciclo

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Meriendas saludables, algunas pautas de lo que deben comer nuestros niños en la etapa escolar
Un niño que sabe lo que debe comer, pedirá lo que le conviene.

SANTO DOMINGO. Junto con el dolor de cabeza de los libros, los uniformes e intentar satisfacer la demanda irracional de muchos colegios, todos los años, al iniciar las clases muchos padres enfrentan el dilema de la nutrición en la temporada escolar.

Los colegios inician muy temprano en la mañana y terminan muy tarde. Eso implica que muchas veces, priorizando la llegada, no hay tiempo para desayunar como se debe ni para supervisar almuerzos. Tampoco para preparar una merienda en condiciones que complemente las largas jornadas de clase. Como padres, debemos entender que el buen rendimiento académico va muy de la mano con una buena nutrición, adaptada a cada edad y al ciclo escolar que se trate.

Para beneficio nuestro y de todos los lectores consultamos a los expertos en algunos libros y de ahí surgen preguntas y respuestas, como estas, que así es más fácil.

P. ¿Cuál es la importancia de la merienda, nutricionalmente hablando?

R. Nuestro cerebro se alimenta de glucosa constantemente. Si no la encuentra disponible, lo que ocurre cada 2 a 3 horas dependiendo del metabolismo, va a recurrir al tejido muscular. En el transcurso de tiempo entre el desayuno y el almuerzo, los niños deben hacer una pausa y merendar. Esto no sólo les acelera el metabolismo y les ayuda a quemar grasa, sino que también, mientras más energía llega al cerebro, mejor se desempeña el estudiante en sus clases.

P. ¿Es posible prescindir de las meriendas en la etapa escolar?

R. No es lo recomendable. Lo ideal es hacer varias comidas pequeñas de forma constante: hay mejor asimilación, se sobrecarga menos el sistema digestivo y hay mejor absorción.

P. ¿Qué pasa cuando no se desayuna?

R. Después de un descanso prolongado de 6-8 horas, en el cuerpo han ocurrido varias cosas: no tiene reservas de glucosa y niveles de cortisol muy altos. Esta es la famosa hormona del estrés, que si no se desayuna para contrarrestarla, se queda alta todo el día. Por consiguiente, el niño que no desayuna, generalmente está hiperactivo, irritable y con una energía falsa, porque la saca del estrés, no de las fuentes naturales.

P. ¿Cuál es la merienda perfecta?

R. De acuerdo con la edad del niño y su nivel de actividad, van cambiando las opciones. A nivel general debe haber balance nutricional y mucha variedad. Veamos algunas.

• Hasta los 5 años: Se recomienda combinar carbohidratos con una fuente de proteínas y algo de grasa. Por ejemplo: fruta (manzana, guineo, naranjas…) y un yogurt. una porción de cereal con leche; galletitas con mantequilla de maní o pastas de jamón y queso. Natillas, arroz con leche, barras pequeñas de chocolate.

• De 6 a 9 años: Están un poco más inquietos, y requieren mucha energía. Hay que proveerle de suficientes carbohidratos complejos: jugo de avena con naranja y zanahoria, barritas de granola (frutas secas en general), frutas; sándwiches con diferentes rellenos y diferentes tipos de panes, muffins, etc.

• De 12 a 15 años: En esta etapa, los muchachos generalmente están practicando deportes de forma regular y son, además, independientes en cuanto a gustos. Son más conscientes de su imagen (acné, sobrepeso, etc.), por lo que el consumo de frutas también tienen importancia capital: los hidratan, los mantienen saludables, ayudan a la digestión y contribuyen a controlar el peso. Pero también deben incluir helados de yogurt, cocktail de frutas, jugos naturales, etc.

Meriendas para niños en condiciones especiales.

• Niños diabéticos: Deben tener especial cuidado en el consumo de azúcares simples, pero necesitan de glucosa constante en sangre para mantenerla estable. Mucha moderación, carbohidratos complejos combinados con proteínas, para mayor estabilidad y lenta absorción.

• Niños en sobrepeso: Requieren de una dieta alta en proteínas para acelerar su metabolismo. Pero también de muchos líquidos y fibra para contrarrestar. En cualquier caso, sus regímenes alimenticios deben ser establecidos y supervisados por un especialista. Los análisis y el monitoreo constante son imprescindibles.

¿Qué papel juega la escuela en estas pautas nutricionales, para involucrarse más y lograr mejores resultados?

Hay una alta incidencia de niños obesos, hiperactivos, con problemas de atención y baja asimilación. Casi todos estos problemas tienen raíces en una nutrición inadecuada. Ahora que los niños tienen mayor tiempo en la escuela, sugerimos que la “nutrición” sea una materia curricular y con alto peso de nota. O mejor aún, vincular muchas de las clases con ejemplos nutricionales y de vida diaria. En las cafeterías, las escuelas deben trabajar directamente con un nutricionista para ofrecer opciones saludables, adecuadas, y lo más completa posibles. Un niño que sabe lo que debe comer exigirá en la cafetería lo que conviene. ¿O no?