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Iosu del Moral: "Quiero que el hip-hop sobrepase los límites de la clandestinidad"

Fotógrafo, director de documentales y cortos, apasionado de la música urbana y todo lo que trae consigo el movimiento del hip-hop, llega al país a presentar su más reciente proyecto cinematográfico: Kódigo Verso, su manera de presentar al rap vs. el poder de la palabra.

P. Vienes a la República Dominica a presentar tu nuevo documental: Kódigo Verso, ¿de dónde surge la idea de mezclar representantes del hip-hop en España, catedráticos y poetas?

R. La idea fundamental es llevar el hip-hop más allá del ‘círculo cerrado y hermético' de los barrios y su cultura obrera; alejarlo de ese matiz de clandestinidad. Tengo videos en youtube con más de medio millón de visitas, lo que indica que es un producto que se consume. Mi interés era dar un paso más allá, ver cómo se nos ve desde afuera. De ahí la idea de que sin importar la edad, género o nivel cultural esta música sea consumida y llegue a otras clases. El documental es guiado por la visión con respecto al hip-hop de un poeta académico, un catedrático y el primer periodista que empezó a escribir del género. He plasmado el análisis, según ellos, del mercado, los medios y el hip-hop visto como una corriente artística que pertenece a la calle.

P. ¿Por qué ‘Kódigo Verso'?

R. El hip-hop es un movimiento que comprende la música: el rap, su expresión gráfica: el graffiti y su baile: el break dance. ‘Kódigo Verso' porque en este caso sólo trato el rap, una música que está llena de códigos, es jugar mucho con las palabras. La rima no es convencional, no es lo mismo escuchar un disco de ‘Violadores del Verso' o de ‘Lo correcto' que leer a ‘Neruda' o ‘Lorca', hay una diferencia gramatical y muchos códigos [expresiones] que sólo entenderían los muchachos del barrio.

P. Y entonces, el hip-hop, ¿lo presentas como una especie de poesía urbana o como vía de expresión y reflejo de una generación y clase social?

R. En el documental se ve que ni los mismos raperos se ponen de acuerdo. Sale Arianna Puello diciendo que es 50/50: poesía y rap. Otros dicen que es un tipo de poesía, mientras que para algunos es un reflejo de una clase. En lo particular no doy mi visión, lo que intento es que la gente que vive y está activa en el movimiento exprese su parecer, porque son quienes realmente viven esa realidad.

P. En lo particular, ¿cómo lo encasillarías?

R. Haría una mezcla de ambos. El rap tiene un punto de poesía urbana, porque tiene unos componentes líricos y musicalidad; nace como una poesía ya cantada. Luego, evidentemente, tiene un componente social, porque nace para alejar la violencia de los barrios, canalizarla.

P. ¿Quieres ser la voz o el canal de transmisión del rap social?

R. El transmisor, la voz es más para quien tenga el don de la palabra. Quiero que se caigan las barreras que existen, que el hip-hop entre en lo general.

Del Moral 
"...no sé cómo el resto del mundo quiere seguir imitando el modelo occidental, cuando desde Occidente la gente inteligente te está diciendo: Oye, hemos fallado, este sistema está muerto, no se sostiene. Hay que cambiarlo, ¡la crisis está en Europa!".

 

P. Eres un director de cortos y documentales que ha estado relacionado con este mundo, ¿siempre serán el hip-hop y lo urbano tu tema?

R. También me estoy enfocando en fotografías con gente discapacidada, con esto he conseguido menciones internacionales, como la medalla de bronce en la Federación Fotográfica Española. Además escribo en prensa, columnas de opinión y revistas culturales y musicales.

P. Sabemos que tus días en la media isla han sido muy intensos, ¿qué estás produciendo en Quisqueya?

R. Estoy impartiendo un taller en el Centro Cultural de España, ‘Recursos cero, imaginar es gratis', donde más que enfocarme en enseñar a hacer cine, trabajo de manera más práctica haciendo un video en un día [sin recursos económicos significativos]. Es la forma de quitar el miedo y poner a funcionar toda la teoría que se enseña en las universidades.

Por otro lado, estoy en el rodaje de un documental sobre la historia del hip-hop dominicano, que se desarrollará con los cuatro elementos: rap, dj, baile y graffiti. Cada bloque tendrá un representante que explicará la situación que se vive: desde la vieja escuela, los emergentes, los más sociales y los de mayor repunte.

Un proyecto me ha llevado a otro y también estamos haciendo otro documental de corte más social, político y ambiental. Nada de investigación y datos estadísticos, sino más guiado por lo social con personas como el padre Rogelio, Fátima Portorreal, Olaya Dotel, Domingo Abreu y personajes afectados con algunas de las medidas medioambientales. Planteo el por qué de la justicia, si su base es la ética y el sentido común, cada vez hay más cosas que son legales, pero éticamente no lo son.

Era un tema que llevaba tiempo por hacer y ha surgido en Dominicana, como pudo haber ocurrido en cualquier país que no pertenezca a la órbita de Occidente, porque no sé cómo el resto del mundo quiere seguir imitando el modelo occidental, cuando desde Occidente la gente inteligente te está diciendo: ¡Hemos fallado, este sistema está muerto, no se sostiene. Hay que cambiarlo, la crisis está en Europa. No quieran imitar algo que de aquí a 30 años no va a funcionar!

P. ¿Contarás con talentos locales?

R. Todo mi equipo es dominicano, menos yo. Estarán Erwin Méndez, Michael Moya, Harold Castillo, Ariel Sosa o Pepa Flow y muchas más colaboraciones.

P. ¿Cuándo y dónde serán proyectados?

R. El documental de hip-hop se proyectará en exclusividad en el Centro Cultural de España con el proceso natural de moverlo y promocionarlo. Con el segundo no tengo ningún compromiso previo.

P. Si comparas el trabajo que realizaste en España y el de aquí, ¿cómo varía la temática, la producción y el resultado?

R. No lo sé. Vivimos en un mundo global y las diferencias son cada vez menores. La industria del cine dominicano ha crecido mucho. El ritmo puede que vaya más despacio, pero son cosas mínimas.