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El Mercurio reseña actuación de Juan Luis Guerra en Chile

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El Mercurio reseña actuación de Juan Luis Guerra en Chile
Marc Anthony y Juan Luis Guerra cantaron juntos la canción Visa para un sueño

SANTO DOMINGO. El diario chileno El Mercurio reseñó la actuación de Juan Luis Guerra en el concierto de este domingo en Santiago de Chile, en el que también actuaron Marc Anthony y Carlos Vives.

Según el medio chileno, el dominicano Guerra provocó "las primeras señales ruidosas de aprobación en el Estadio Nacional cuando interpreta "A pedir su mano" tras empezar con "Como yo".

Este martes es la segunda función en Chile en la Movistar Arena,pero esta vez solo estarán Juan Luis Guerra y Marc Anthony. 

A continuación la reseña completa de El Mercurio:

Patrimonio bailable

Hay menos capital emocional invertido en Carlos Vives que en sus dos compañeros de cartel. La brecha de popularidad es notoria, y el embajador del vallenato opta por reconocerla. A micrófono abierto, asume que lo suyo será más bien un calentamiento previo a la verdadera agitación. Una postura sensata, pero también conveniente para el: aunque muy populares, los éxitos que posee son escasos. Abusaría de su suerte si intentara ponerse de igual a igual con Juan Luis Guerra o Marc Anthony, así que acierta al desistir. Y sale ganando en su rol de telonero: aparte de las panteístas "La gota fría", "Pa' Mayte" y "La tierra del olvido", ofrece ventanas de lucimiento instrumental para el acordeón inquieto de Egidio Cuadrado, el otro protagonista del espectáculo, e incluso se permite un solo de gaita antes de "Fruta fresca", en la que incluyó un atinado recordatorio sobre el origen colombiano de la cumbia.

Juan Luis Guerra, en escena tras unos veinte minutos de intervalo, provoca las primeras señales ruidosas de aprobación en el Estadio Nacional cuando interpreta "A pedir su mano" tras empezar con "Como yo". En la media hora inicial de su presentación, tacha los nombres de "El costo de la vida", "Bachata rosa" y "Ojalá que llueva café" de la lista de familiares éxitos que todo el mundo esperaba. Entre medio, y sin mucha sutileza, inserta fragmentos de su proselitista cancionero religioso, pero vuelve luego al tipo de militancia que -después de la romántica- le acomoda mejor: la social, a través de la crítica que contiene "El Niágara en bicicleta". Un salto al presente con el estreno del reciente sencillo "Tus besos", adelanto de su venidero disco, enfría el ambiente, pese a que se trata de una canción que mantiene los rasgos con los que conquista el dominicano: su inconfundible voz nasal, instrumentación caribeña y vívidas imágenes en la letra.

"Visa para un sueño", en compañía de Marc Anthony, supone el momento de la transición hacia el número de fondo, aunque Guerra se queda para rematar su aparición con un medley asesino ("Burbujas de amor", "Frío, frío" y "Estrellitas y duendes") y, por supuesto, "La bilirrubina". No había decaído la energía cuando el neoyorquino se instaló a cantar "Valió la pena" seguida de "Yo trato", en la que tomó posición como percusionista; uno sin mayores dotes, por cierto. De vuelta en lo suyo, Anthony fue descollante igual que siempre. Da lo mismo cuántas veces venga a Chile a tocar "Hasta ayer": resulta convincente en cada ocasión. Su voz transmite el melodramatismo y la urgencia que distancia a los vocalistas correctos de los grandes intérpretes de la salsa y la música latina en general. El contraste con Juan Luis Guerra, al combinar fuerzas en "Tu amor me hace bien", da resultados tan satisfactorios que alientan la fantasía de un álbum colaborativo. Una vez más, la cita "Gigant3s" llenó el gusto masivo, y ya se afirma como una futura tradición.

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