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El mundo interior de Aurora Díaz

SANTO DOMINGO. Durante años, Aurora Díaz trabajó la ilustración de moda. En esa etapa, recordada con cariño y agradecimiento por lo aprendido del oficio y de sus creadores, esta artista dominicana adquirió su destreza para el manejo de las proporciones, de las perspectivas, de la anatomía y del uso contrastado del color. Y algo más: hay en sus cuadros un sutil recuerdo al arte del estampado textil, que se filtra en sus piezas ahora centradas en reflejar otra dimensión humana.

Porque si la moda se enfoca en el exterior, en el vestuario a través del cual nos relacionamos y presentamos ante los demás, Aurora Díaz dedica ahora su obra a transmitir su mundo interior.

"Durante años trabajé el dibujo para representar a una mujer perfecta. De medidas perfectas, con su cabellera perfecta. Y agradezco a los disñadores para los que trabajé en esa época lo que aprendí de ellos y lo que me exigieron". Habla Aurora de artistas de la aguja como_Leonel Lirio,_el siempre añorado Marcio Peña, Jorge Diep, Sissy Bermúdez...Esa época ha dado paso a otra donde la reflexión de la artista se centra en comunicar el mundo interior de unas mujeres que no son perfectas... ni tienen por qué serlo._

En esa transición han dejado atributos externos, como el cabello y sus ojos cerrados llevan al espectador a preguntarse por su mundo interno._Introspección.

Para Díaz, hay un antes y un después de su encuentro con la historia del arte dominicano. "Ellos, "mis" artistas, son los que me han enseñado el camino. Me plantée, si ellos, dominicanos como yo han podido hacerlo, sé cuál es el camino. " Ellos, "sus" artistas son nombres como Clara ledesma, "mi musa". Soucy Pellerano, a la que le unió una amistad personal, y de la que aprendió a sentir el arte como "herramienta para cambiar el mundo. Antonio Guadaluoe, su mentor. Guillo Pérez, su primer maestro.

El tiempo ha hecho evolucionar su paleta. La vida le ha empujado a incluir sentimientos y vivencias íntimas en su temática. Y el tiempo y su trabajo le han permitio mostrar su arte en el mundo. Participó recientemente en exposiciones colectivas en Boston, Estados Unidos, y Egipto, en la que fue la única artista latinoamericana invitada.

Y si la hisotria de la pintura dominicana le ayudó a encontrar su camino, el presente le ofrece la oportunidad de promocionar a otros artistas y de coleccionar, para lección y disfrute de sus hijos, la pintura de sus colegas. "Hubo un tiempo en el que yo me moría por vender mis cuadros, anteponía ese objetivo a pintar mis verdaderos sentimientos. Hoy puedo, comprando o exponiendo, colaborar para que otros artistas puedan desarrollar, mostrar e impulsar su trabajo". (I.A.)