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Romeo hace historia en el Estadio Olímpico

El cantante bachatero mantuvo a su público en un puño durante la descarga musical

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Romeo hace historia en el Estadio Olímpico
Romeo Santos interpretó sus éxitos en una entrega en la que hubo música secuenciada.

SANTO DOMINGO. Llegó con capa y cetro de rey hasta el trono. Golpeó el suelo con el cetro en dos ocasiones y comenzó a cantar. Trescientos sesenta grados tenía la tarima desde donde cantó, que recordaba aquel famoso reloj de Berlín. “Me declaro inocente”, decía el coro de unas 50,000 personas.

“Por un segundo”, concitó que ese coro continuara. “Con Amigos”, de su producción actual, se demostró que el montaje de luces e imágenes fueron un apoyo esencial para la visibilidad tanto en terreno como en gradas. Entonces la plataforma entera comenzó a girar.

“Loco”, de Descemer Bueno, grabada a dúo con Enrique Iglesias, hizo que ese coro pareciese eterno.

“Tu corazoncito es mío, mío”. “Cancioncitas de amor”. “Su veneno”, con un solo de requinto inspirado. Giró y giró la plataforma, ahora en contra de las manecillas del reloj: Promise: “quiero ser tuyo enterito, pero tengo miedo...”

“Esta noche es 360 y es la primera vez que se hace esto en República Dominicana”, expresó el ex líder de Aventura (alguien sabe algo del resto?).

“Infieles” dividió el público en dos bandos que gritaban a no dar más.

“Noche de sexo”, con efectos especiales.

Si bien hubo algo de música secuenciada, no es menos cierto que Romeo cantó todo el concierto.

En camisetilla hizo el midley con “Soberbio” mezclado con “Siete días”. Subió a una joven que cargó en peso. Mezcló “La Diabla”, “Tu jueguito”, “Llévame contigo”. Y “Con un beso”, repitió el mismo acto de siempre: gordita que sube al escenario y que Romeo termina besando en la boca. Solo que según las fotos, fue la misma gordita de Santiago.

Romeo se paseó dando carreras por las cuatro pasarelas durante todo el show. A los 33 años gasta la misma energía que un corredor de fondo.

De su segundo álbum cantó “Necio”. Y luego “El malo”, de la pasada producción.

Seguidamente tomó un respiro mientras sus coristas se encargaron de hacer un disco de Pimpinela: “Vete”.

Otro corista, natural de Cataluña, España, se encargó de abrir “Mi santa”, de la anterior producción.

Después interpretó “Odio” y “Eres mía”.

Un joven subió a demostrar qué tipo de fanático es. Y otro y otro. Uno llamado Luis ganó mil dólares al saberse de punta a cabo “Ella y yo”.

Romeo mantuvo al público en un puño todo el tiempo. “En un hilito”; diría. Y también: “Si yo muero”, “Todavía me amas”, “Amor de madre”, “Hermanita”, “La boda”, el clásico “Obsesión” y el punto final en “Propuesta indecente”. “No lo acabe” me dijo una parejita a la salida. “Qué ha dado un show excelente”. Doy fe, les dije. Romeo hizo historia en el Olímpico.