Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
revista

Mala compañía

Expandir imagen
Mala compañía

En “La tierra baldía”, T. S. Elliot escribió que abril: “engendra lilas de la tierra muerta, / mezcla

recuerdos y anhelos, / despierta inertes raíces con lluvias primaverales”. Fue, sí, en abril, que Cristal Marie presentó su tercera producción discográfica “Mala compañía”, una propuesta de lilas, y recuerdos y anhelos, y raíces de la vida.

Ha sido para ella el 2014, un año de dos proezas importantísimas. Una: este disco; el más logrado de su carrera musical, y otra: un cambio de look que la ha hecho sentir más segura de sí misma en todos los aspectos. Mucho más bella, más estilizada y más refrescante en escena, la joven músico e intérprete (ojo, digo intérprete porque no es que cante bien, es que canta brillantemente con un registro amplísimo y una calidez como pocos, sino también que lo hace con el corazón). Para febrero, según he sabido, saldrá su cuarta producción.

La ‘mala compañía’ de Cristal incluyó ‘confabulaciones’ con Frank Ceara, Carlos Azar, Roberto Carlos, Armando Manzanero, Amaury Sánchez y con su propio corazoncito, ajado de amores que no valieron la pena, para regalar 11 temas. A saber, Depende de ti, con el grupo Aura; Dime de nuevo; Estupidez, de Daniel Santa Cruz; Canto, canto, (que fue el primer título del álbum, cambiado a última hora); Hasta que vuelvas; Es verdad, de Johnny Ventura; Como yo te amé; Yo te olvido; Hombre de papel; La distancia; y Vuelve. Todo con arreglos y dirección del maestro Amaury Sánchez.

“…tu sólo conoces / un montón de imágenes rotas, donde el sol bate,/ y el árbol muerto no cobija, el grillo no consuela / y la piedra seca no da agua rumorosa”, gritaba Eliot. “Mala compañía” marca un momento de giro en la vida artística de Cristal Marie, hacia una lírica más vital. Sabido es que ella misma es capaz de componer, arreglar y producir. Sabida la maestría de Amaury Sánchez para guiar esa producción por los rumbos musicales más cercanos a lo que quiere transmitir. Pero lo que dice, es lo que me parece trascendente. En “Mala compañía” hay una historia contada. Y la gente quiere que le cuenten historias. Hay una historia de amor que ha nacido, pero que sabe Dios por qué avatares de la vida, se ha convertido en agua caminada, agua que se fue, y que duele, donde quedan cenizas que arden quizás, en rincones bien guardaditos de ese corazón que se atrevió a externar los sentimientos.

Fue muy valiente Cristal Marie con “Mala compañía”. Y lo fue musicalmente, con una propuesta más personal, más transparente, más cálida. Lo fue desgarradoramente vital, como si con “La tierra baldía” también dijera a aquel hombre que amó: “y te enseñaré algo que no es / ni la sombra tuya que te sigue por la mañana / ni tu sombra que al atardecer sale a tu encuentro; / te mostraré el miedo en un puñado de polvo”.