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Historia de superación: Gladys Monegro, el esfuerzo y la humildad hecha mujer

Esta dominicana es gran inspiración para quienes luchan contra la pobreza desde niños, pues su vida no fue fácil, resurgió “como el ave fénix desde las cenizas”

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Historia de superación: Gladys Monegro, el esfuerzo y la humildad hecha mujer
Gladys Monegro (FUENTE EXTERNA)

Gladys Monegro es un modelo a seguir para quienes luchan y se sobreponen a cualquier adversidad y triunfan. Con una adolescencia marcada por la pobreza, debido a la muerte de su padre, supo ir contracorriente y actualmente dirige distintas empresas, entre ellas su sueño: Odonto Arte, clínica odontológica, a la vanguardia en salud dental, y además Clínica Estética de Arte, donde se desempeña como cosmiatra.

Como mujer emprendedora, su éxito en los negocios no radica únicamente en una meta de superación personal, sino que va más allá, pues desde siempre se propuso, ser aliada de los jóvenes que luchan por salir de la pobreza, combatiendo el desempleo en la República Dominicana.

“Quiero ser el primer apoyo de quienes necesitan de un empleo digno para crecer, en mi juventud tuve muchas puertas cerradas, por eso me identifico con muchos jóvenes que en Odonto Arte tienen la oportunidad de cultivar el valor del trabajo y honestidad”.

Gladys Monegro nació en San Pedro de Macorís, allí vivió parte de su infancia, luego se mudó a Cruce de Vásquez, pueblo de Cotui, donde aprendió los valores más importantes que marcaron su vida. “Mis padres siempre me enseñaron el valor del trabajo, recuerdo que vivíamos un poco retirados, y mi padre antes de irse a trabajar, me dejaba algo de tarea, con ello contribuiría a ser la mujer que soy”.

Monegro se considera negociante desde niña, recuerda que a escondidas de su padre, recogía los mangos, los vendía, y guardaba el dinero debajo de un árbol. “Siempre me gustó el arte de vender, hacer trueques.

Tiempos duros

Pero esos días de ensueño pronto se irían, cuando la familia decide mudarse a Cotui, para brindarle una mejor educación a los hijos, y al tiempo su padre muere. Monegro tuvo que aprender a cuidarse sola, y supo lo que era sentirse desprotegida. “Solo me secaba las lágrimas y seguía adelante con la fe puesta en Dios”.

Monegro debió reponerse, levantarse y como toda negociante nata, aprendió a sobrevivir, en Cotui para proseguir sus estudios debió profundizar en el arte de negociar, pues aún siendo niña, tuvo que pensar en cómo comprar y vender cosas.

“Recuerdo que también tuve que trabajar cuidando una señora que estaba enferma, una vez agarró mis manos y las puso en la greca caliente del café, porque no lo serví a tiempo, nunca lo conté a nadie, porque necesitaba los 600 pesos para pagar mis estudios y comprar el uniforme”.

Educación, lo más preciado

Fue en Cotui, donde Monegro se esforzó para avanzar en sus estudios, tanto que algunos estudiantes le pagaban para que les hiciera la tarea, y con eso compraba los útiles. “Siempre me acuerdo hasta las 12 o dos de la madrugada terminando los deberes. Recuerdo que en la escuela me iba muy bien, aunque a veces era discriminada por mi condición humilde, no obstante, siempre me enfoqué en finalizar como una de las mejores”.

Rememora que terminada la escuela, decide inscribirse para estudiar Medicina en la Universidad de San Francisco de Macorís, pero en esa época debido a sus escasos recursos, tuvo que cambiarse a la carrera de Administración de Empresas en la Universidad de Cotui, donde tenía media beca, gracias a su índice académico.

“Fue en Cotui donde tuve varios trabajos, y muchas veces caminé hasta 5 kilómetros, por no tener para el pasaje, pero la fe en Dios y en mi misma me daban fuerzas para seguir hacia adelante”.

Monegro señala que una vez le suplicó ayuda a una persona influyente en el ámbito económico para trabajar en un banco, u otro negocio, pese a que éste le brindó su apoyo de palabra, nunca lo concretó, y, en ese sentido, desde Odonto Arte y sus distintas empresas se esfuerza en brindar apoyo a quienes como ella necesitaron de un empleo.

“Antes de ser lo que soy enfrenté muchos obstáculos, tanto que al finalizar la universidad no logré juntar el dinero para pagar mi tesis, por eso me prometí a mi misma que combatiría la pobreza en mi país y fortalecería el valor del trabajo como divisa del gentilicio dominicano”.

En sus palabras: “Cuando llegan jóvenes a mi clínica o a distintas empresas les hago la entrevista personalmente, nunca les pregunto por su procedencia, solo por su profesión, por sus expectativas, por sus valores y por sus deseos de trabajar, aprender y crecer”.

Monegro señala que todos sus doctores son jóvenes, hombres y mujeres que fueron a solicitar trabajo, y no se les preguntó de quiénes eran familia, consciente de la injusta importancia que se le da al factor de la influencia en las relaciones laborales. “Desde mi clínica solo contribuimos al desarrollo de las capacidades del talento humano, como institución líder en salud dental en República Dominicana”, señala.

No obstante, esta talentosa empresaria señala que el camino tampoco fue fácil, pues inició su emprendimiento progresivamente, “quebré varias veces, no tenía ni siquiera 25 pesos, recuerdo que al principio tenía un solo consultorio y fuimos creciendo poco a poco”.

Explica que Odonto Arte no solo es institución líder en salud dental, sino que funciona con un marcado principio de responsabilidad social, contribuyendo al desarrollo integral de la familia dominicana, pues regularmente planifican operativos para la prevención y detección de patologías odontológicas en población infantil.

Como orgullosa dominicana, Monegro señala que se puede crecer y todavía lograr metas en este país, pues solo es requisito creer en Dios y en nosotros mismos, nunca desmayar, porque el trabajo con honestidad y perseverancia tiene frutos, y, en ese sentido, asume que esta cita de Bill Gates enmarca su vida: “Si naces pobre no tienes la culpa de eso, pero si mueres pobre sí tienes la culpa. Le agregaría también que debemos morir ricos en valores”.

Monegro señala: “Hoy tengo lo que siempre soñé, tengo una familia, un esposo maravilloso, una empresa de la que me siento orgullosa y por ello agradezco a quienes me apoyaron y a los que no creyeron en mí, porque me hicieron trabajar más duro”.

La enseñanza de esta talentosa empresaria y promotora artística se resume en “soñar con los pies sobre la tierra, porque es algo que vale la pena, te ayuda a acercarte a tu meta, y la fe en el trabajo te lleva indudablemente al Éxito”.