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Las energías renovables en República Dominicana

Necesidad urgente de un marco legislativo y regulatorio

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Las energías renovables en República Dominicana
El Centro Nacional de Energías Renovables, CENER, fue creado en España para la investigación en las energías renovables y para la transferencia de tecnología a las empresas e instituciones de manera que se consolide el desarrollo tecnológico. En CENER trabajan más de 120 profesionales investigadores y técnicos de muy alta cualificación. CENER es una Fundación sin ánimo de lucro y con patronos exclusivamente públicos, y asume un papel institucional en el desarrollo de las energías renovables. No representa ni favorece a ningún interés empresarial y su papel en la República Dominicana es estrictamente el de la asistencia técnica y la transferencia de conocimientos a las instituciones del país.

Mi primer viaje a la República Dominicana en Diciembre de 2004 fue promovido por la Comisión Nacional de Energía que solicitó nuestra presencia como consultores en la redacción del proyecto de Ley de las Energías Renovables y desde esa primera visita he tenido la oportunidad de reunirme, en conferencias y seminarios, con los diferentes estamentos sociales, institucionales y políticos. Cada día estoy más convencido de la gran oportunidad que supondrá al país de aprovechar las energías renovables para su desarrollo social y económico.

La factura energética anual que este país debe de pagar en 2005 por sus importaciones de combustibles fósiles para la producción de electricidad y los combustibles de automoción es de 2.500 millones de USD y esta cantidad supone un inasumible 35 % de su presupuesto nacional. La tendencia de subida de precios del crudo de petróleo es ya imparable. Dos variables juegan en contra de una posible estabilización o reducción de los precios. Una es que economías emergentes como la China e India son nuevos consumidores que demandan cada vez más recursos energéticos. Pero la más preocupante es que las reservas estimadas de petróleo tienen un fin previsto en el entorno de los 40 a 50 años. Europa, que es fuertemente dependiente de las importaciones de combustibles fósiles, España que solo produce el 24 % de la energía que consume, y también en Estados Unidos, se están planteando otras opciones energéticas alternativas, además de importantes medidas de uso eficiente de la energía en la demanda

No solo la República Dominicana se siente amenazada por esta situación de los precios y la escasez del petróleo. En estos temas todos los países, los desarrollados y los que están en vía de desarrollo, todos, están en la línea de salida del uso eficiente de las alternativas energéticas. Y esto es una nueva e importante oportunidad para la economía de un país en la medida que pueda depender en un alto grado de sus recursos propios.

Las posibilidades de las Energías Renovables

Los análisis realizados por CENER sobre la energía eólica en los próximos 10 años apuntan a que se pueden instalar cerca de 1.000 MW con una producción equivalente de 8.300 GWh lo que supondrá cerca de un 20 % del consumo total del país, todo ello contando con que las infraestructuras viarias y la red posibiliten se adecuen para poder hacer posible tal desarrollo. En la medida de que los sistemas de predicción de viento, la composición del parque de generación eléctrica sea más flexible y las redes y accesos se mejoren, el desarrollo de la energía eólica puede ser aún mayor. Es una cuestión de impulso institucional para que así sea.

La Biomasa y los Biocombustibles tienen una alta potencialidad en la República Dominicana como una opción energética alternativa. En lo relacionado con la producción de bioetanol, el punto de partida es el cultivo de la caña de azúcar, sin que esto signifique no tener en cuenta en el futuro otros cultivos azucarados. A partir del azúcar o de los bagazos de azúcar por procesos de fermentación sencillos y conocidos se obtiene un alcohol, etanol, del 96 % que ha de ser deshidratado para su comercialización como combustible. Países como Brasil tienen vehículos preparados para funcionar con 100% de alcohol y las estaciones de servicio ofrecen la posibilidad de que el usuario se haga su propia mezcla de combustibles en función del precio.

Sustituir el 100% de las gasolinas por etanol esta fuera de planteamientos sensatos pero los recursos permiten alcanzar esta cifra. Lo serio es pensar en un primer nivel de consumo, en un horizonte temporal de 5 años, de hasta un 20 % del consumo. Es posible que haya que sufrir un periodo de adaptación mecánica de los automóviles y esto habrá que hacerlo mediante la paulatina subida de la proporción de etanol en la mezcla y con planes de ayuda de reconversión de flotas o un plan renove de sustitución de flotas. La conjunción de producción para el consumo nacional con una proporción destinada a la exportación puede hacer de esta actividad una importante fuente de recursos económicos y de ahorro y generación de divisas.

El biodiesel se obtiene a partir de aceites vegetales o de mezclas entre ellos. La producción de biodiesel con aceites vegetales que no estén tan afectados por el mercado alimentario, como la palma africana , la ijereta u otras especies y variedades a ensayar, permitirán tener unos precios de materia prima más reducidos y unos márgenes superiores. Entre las principales características del biodiesel están la de ser un combustible alternativo, que puede usarse puro o mezclarse en cualquier proporción con el diesel. Funciona en cualquier motor diesel convencional (para su uso puro o mezcla superior al 30%, requiere de pequeñas modificaciones), no contiene Azufre, tiene propiedades lubricantes y es biodegradable. Al igual que en el bioalcohol lo correcto sería pensar en un primer nivel de consumo, en un horizonte temporal de 5 años de hasta un 20 % del consumo. Pero no es necesaria una adaptación mecánica de los automóviles.

La biomasa utilizada como combustible para la generación de electricidad es una opción ya conocida y manejada con éxito en los ingenios azucareros. Sin duda la eficiencia de los procesos de conversión puede ser mejorada mediante la adecuación de los equipos o instalaciones. Una opción energética viable es la de los cultivos energéticos específicos para la generación térmica de electricidad. Pero tengo la impresión de que los excedentes y residuos agrarios son suficientes como para no explorar nuevos formas de cultivos específicos.

En cuanto a la energía solar térmica y fotovoltaica hay que partir del principio de que estas tecnologías no van a ofrecer a corto plazo soluciones de alta intensidad energética. Pero ello no significa no existan que soluciones tecnológicamente avanzadas e interesantes para usos individuales o colectivos en conexión a la red de distribución, o aisladas. La energía fotovoltaica ha de tener su lugar en las edificaciones y viviendas rurales que no tienen acceso a la red como una forma de compromiso social del estado para mejorar la calidad de vida de los más desprotegidos.

Una tecnología que ha de tomar un sitio propio en el desarrollo de las energías renovables será la de los captadores solares térmicos para generación de agua caliente sanitaria y que unidos a sistemas de absorción frigorífica sirvan para producir frío en los sistemas de climatización.

No quisiera olvidar la importancia de la energía hidráulica y las grandes oportunidades de desarrollo tanto de grandes sistemas como de pequeños saltos hidráulicos contribuyendo de una manera decisiva a la generación eléctrica en el país. Y seguramente la energía de las olas, la geotermia tendrán su espacio en aplicaciones más específicas pero de menor intensidad energética.

Las autoridades energéticas del país están ya trabajando sobre la eficiencia energética. No es compatible un desarrollo energético basado en una fuerte participación de las energías renovables con un despilfarro energético. Aquello de que la mejor energía es la que no se consume debe de regir en nuestra cultura de consumidores energéticos y las instituciones públicas han de dar un decidido ejemplo de coherencia al país con los postulados que preconizan.

El marco legislativo y regulatorio

La implantación y desarrollo de las energías renovables en el país tiene un carácter sumamente estratégico mejorando su economía y su competitividad con los países del entorno. Se necesita un marco legislativo que permita el desarrollo armónico y eficiente de las energías renovables. El Ejecutivo ha presentado a principio del mes de Agosto una propuesta de ley al Legislativo. Es necesario que los representantes públicos sumen sus esfuerzos en el trámite parlamentario de manera que se consiga una aprobación lo más pronto posible. Así lo exprese recientemente en el Senado a una representación de ambas Cámaras.

Percibimos lógicas diferencias de criterios entre los miembros del Legislativo y también presiones exteriores que buscan la defensa de sus intereses particulares. Me permití decirles a los Senadores y Diputados que el país necesita urgentemente una ley que permita la implantación de las energías y que pensaran que una ley perfecta no existe, que seguramente sus contenidos no satisfarán a todos, pero que ante necesidades tan acuciantes aplicaran aquello de que "lo mejor es enemigo de lo bueno". Hoy quisiera insistir desde estas páginas en los mismos planteamientos.

Aprobada la Ley y publicados los Reglamentos que la desarrollen urge la redacción de un Plan de Fomento de las Energías Renovables para los próximos años como un instrumento en el que se definan los objetivos a alcanzar en cada una de las fuentes de energías renovables, los medios para ello y las políticas de ayuda.

Se necesita un esfuerzo general por hacer las cosas bien de una manera seria y rigurosa, ordenada y eficiente. Es una oportunidad histórica que este país no puede desperdiciar y hay que evitar que los intereses personales se antepongan a los intereses colectivos. Las instituciones públicas del país deben, con este proyecto de estado, generar confianza ante los inversores nacionales e internacionales, exigiendo calidad y rigor en las cuantiosas inversiones necesarias, pero también garantizando la viabilidad económica de sus proyectos mediante compromisos soberanos. Pero siendo ésto necesario, también han de generar confianza en sus propias gentes, en sus ciudadanos, dando solución urgente al enorme problema energético que se avecina.