El Caballo y El Torito
Alfonso Quiñones
El Caballo cumplió ayer 76 años de edad y El Torito 10 años en solitario. El Torito tiene 48 años de edad y El Caballo 60 años de vida artística.
En cifras, el merengue celebra, entre ambas alas del paréntesis, demasiado buen arte y dos creadores extraordinarios que han hecho de la música una expresión superior de lo nacional dominicano.
En Johnny Ventura, el ritmo nacional encontró al intérprete que le daría la vuelta de rosca contemporánea.
En Héctor Acosta, el merengue tiene a uno de sus más trascendentes intérpretes de la actualidad: una especie de puente entre el merengue clásico y el merengue moderno, sin llegar a ser lo urbano que hacen algunos jóvenes interpretes del género fuera del país.
El Caballo es un negro alto y fornido, orgulloso, ligero en el baile. Como lo eran los antepasados del Norte de África.
El Torito es pequeño, fornido, mulato, pesado al bailar. Como lo eran los antepasados de la zona del Congo.
El Caballo es dueño de una voz grave y dramática y el registro de El Torito se mueve hacia las agudas, con gran resistencia.
Cuando llegó El Caballo, El Torito no era ni un piropo. Cuando El Torito se vaya -por ley de vida- El Caballo seguirá siendo una leyenda. Entre ambas alas del paréntesis existen todos los estilos del merengue. El Caballo y El Torito tienen -junto a los demás líderes- que salvar el ritmo que identifica a los dominicanos.
¡Felicidades!
Alfonso Quiñones
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