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Algas, un producto universal que conquista la cocina

Se comían desde el siglo IV en Japón y desde el siglo VI en China

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Algas, un producto universal que conquista la cocina
Actualmente sólo es posible atender a la demanda de los consumidores con cultivo en gran escala.

MADRID. Si usted no ha nacido en el continente asiático puede que comer algas le parezca extraño, exótico o impensable, pero también puede que le parezca normal si es uno de esos millones de habitantes del mundo que se han aliado con el consumo de algas hasta el punto de convertirlo en parte de su dieta diaria.

Las tres algas marinas más importantes utilizadas como alimento humano, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son varias especies de Porphyra (cuyo nombre vulgar en Japón es nori), Laminaria (kombu) y Undaria (wakame).

Tres nombres familiares en el vocabulario de cocinas alejadas de Oriente, a los que también hay que sumarle el de "Porphyra", un alga roja, al contrario que las otras dos que tienen un color pardo.

Pues bien, dado el alto consumo de estas algas, que se obtenían en su origen de especies silvestres, en la actualidad sólo es posible atender a la demanda de los millones de consumidores utilizando, como apunta la FAO, métodos de cultivo en gran escala.

Un producto universal

Las algas se pueden encontrar en cualquier playa del mundo, en cualquier costa, y seguro que muchos han apartado una sabrosa "lechuga de mar" (Ulva lactuca), mientras nadaban sin saber que lo que les molestaba era una de las algas más apreciadas por aportar al organismo antioxidantes, Omega 3, o diferentes vitaminas, como la vitamina B12.

Pero, dado que las silvestres ya no son suficientes, en Europa y Latinoamérica han ido apareciendo empresas productoras de algas que se han encargado de ponerlas al alcance de todos los consumidores en varios formatos: secas, frescas o en conserva.

En la empresa "Porto Muiños", nacida en Galicia (noroeste de España) en 2011, y sólo dedicada a las algas que nacen en las costas gallegas, el día empieza siempre "mirando al mar", como relata Antonio Muiños, su fundador. Si las "condiciones son buenas", esta empresa, presente alrededor de 30 países, pone en marcha al grupo de personas que "van al mar" a recoger las algas, mientras que "los que se quedan en casa" se reparten las diferentes faenas: preparación de expediciones, etiquetado, envasado de algas procesadas días anteriores o control del procesado para su trazabilidad.

"A partir del regreso de los buzos toca procesar la recolección mediante clasificación, lavado y procesado, bien destino el secadero, fresco o conserva", puntualiza Muiños, un empresario que apostó por este producto y al día de hoy puede decir que finalizará la campaña de 2014 "en torno a las 250 toneladas" de algas preparadas para el consumo.

Verde marino

"Las algas están muy presentes en el sector de la alta cocina, y desde ahí, el conocimiento sobre sus cualidades organolépticas y saludables está haciendo eco en la cocina más popular", resalta el empresario acerca del auge de este producto marino en la gastronomía mundial.

Aunque puntualiza: "Queda mucho camino aún por andar, sobre todo en enseñar y promocionar su incorporación en una dieta habitual, y que no participen sólo como ingrediente anecdótico. Pero bueno, se ha avanzado muchísimo en estos últimos años".

Más sobre las algas

Las tres algas marinas más importantes utilizadas como alimento humano, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son varias especies de Porphyra, Laminaria y Undaria.

Las algas se pueden encontrar en cualquier playa del mundo, en cualquier costa, y seguro que muchos han apartado una sabrosa "lechuga de mar" (Ulva lactuca) mientras nadaban.

Como las silvestres ya no son suficientes, en Europa y Latinoamérica, han ido apareciendo empresas productoras de algas que se han encargado de ponerlas al alcance de todos los consumidores.